Estelas Doradas

2. Solo

2. Solo

El suspiro llenó sus pulmones del aire más puro que había respirado, quizás en toda su vida, o más bien, desde que había descendido del cielo divino al llamado a cumplir como Caballero de la Integridad.

A pesar de cargar consigo aquella armadura cuyo peso representaba los recursos de maldad de ese mundo, podía pensar que incluso él, podía disfrutar de lugares como ese y quién sabe, podría incluso llegar a purificarse un poco. Sin notarlo sus facciones se relajaron en gran medida al punto mantener los ojos cerrados mientras el viento soplaba, el movimiento de sus propios cabellos chocando con su frente le trajo entonces una extraña sensación, por lo que se llevó la mano a los mechones delanteros, cual un bicho hubiera caminado sobre ellos.

Ese día, más temprano había solucionado una riña al índice de Tabúes por parte de un noble de clase baja y se sentía satisfecho con su trabajo, aunque era extraño... como prácticamente en las zonas que patrullaba, solamente él hacía cumplir los indicadores de la iglesia. ¿Qué estaría haciendo ese rey?... Su dentadura se apretó de solo pensarlo y sus párpados se apretaron molestos.

¿Acaso no era suficiente que la propia Diosa Stacia estuviera de su lado?... Tan dulce como ninguna, solo podía pensar en la angustia que los sentimientos que venían a él y parecían concentrarse en su pecho le despertaban al pensarla.

¿Qué era ese calor dentro de él proveniente de su solo recuerdo? El calor no brindaba más que la calidez para el nacimiento de algo más...y de continuar en ese estado, llegaría el punto en que no pudiera hacer nada más que declararse perdido por ella...

Con aquel pensamiento bajo entonces la mirada hacia aquel contenido que yacía entre sus brazos, sin saber ciertamente el porqué debía cargar con él...

¿Acaso no era lo mejor haberlo dejado en aquel lugar?...

Los nobles que al intentar hacerse con una propiedad libre... un robo... a una madriguera de dragón, habían terminado por separar aquel pequeño huevo de su madre; aún tibio entre sus manos y a quien no tenía idea donde podría encontrar...

¿Pero qué podía hacer él?...

Quien no era más que un caballero solitario, vagante por aquellos prados en los que tal vez algún día de continuar así... ya no podría prosperar, pero mientras pudiera hacerlo solo, insistiría.

¿Acaso ese huevo era la muestra que el tiempo de soledad había terminado?...

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Kyaaaaaaaa mi Ik 33 para Kirito week 2021!!!

PD esta historia hace énfasis al IK 33 de mi historia Antiguas y nuevas estrellas, aunque eso ya lo saben :D