Las cosas pasan por algo, eso me consta, el conocer a una persona en un lugar y fecha cualquiera no es coincidencia, se le llama destino. El mundo dice que eres responsable de tu vida y tus decisiones, pero ¿esto es cierto? ¿Por qué cuando planeamos...
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Chicago, 2013
Pasaron algunos bimestres desde que Sony Music aceptó firmar un contrato por treinta y seis meses, en el cual se estipulaba que grabaría tres álbumes de estudio y realizaría dos giras. A los pertenecientes al sello discográfico le agradaron las doce canciones que presentaron los productores que trabajaban con NYM. El encargado de cerrar el trato fue Dan Cox, pues él era mi mánager, de igual manera, ambos teníamos un acuerdo: él se encargaría de dirigir mi carrera y buscaría los mejores convenios con áreas diferentes a la música, como por ejemplo: anuncios publicitarios, comerciales, entrevistas etc.
Los publicistas y expertos en mercadotecnia estaban haciendo todo lo posible para que el primer álbum de estudio debut llegara al público general. Ellos trataban de hallar a un grupo de fieles seguidores con los cuales yo pudiera conectar a través de las canciones.
El primer álbum abarcaba temas como el amor adolescente, la atracción y el encantamiento al conocer a un hablante. Tenía influencias de los años cincuenta y en cuanto a los artistas el disco era fuertemente influenciado por Whitney Houston. La portada era idéntica a la carátula de Emblaceable You de Judy Garland, simplemente me encantaba. Solo faltaban pocos meses para el lanzamiento y no podía dejar de pensar en eso.
Con el pasar de los meses los ingenieros de sonido se encargaron de convertir el ático de mi casa en un estudio de grabación profesional. Ahí fue donde grabé todas las canciones del primer álbum y supongo que continuará de esa misma forma para el segundo proyecto, pues mi madre no quería que yo regresara a Nueva York para grabar como lo hacían los otros artistas pertenecientes a NYM.
Mi madre, aunque no me lo decía abiertamente, seguía molesta porque no asistiría a la universidad, ella deseaba que yo continuara estudiando y que la música solo fuera un pasatiempo. Cada mañana lo veía en su mirada cuando yo hablaba con Dan Cox pues ella negaba lentamente con la cabeza, como si en su mente existiera alguna conversación interna con ella misma y su lenguaje corporal coincidiera con lo que pensaba. Sin embargo, no me atrevía a preguntarle si mis suposiciones eran ciertas porque no quería tener que escuchar un sermón de dos horas sobre por qué cometía el peor error de mi vida.
Mi padre, en cambio, se sentía muy feliz porque pude lograrlo, lo que él hubiera deseado cuando era joven me estaba sucediendo a mí, pues no era un secreto que mi papá tuvo una banda musical cuando asistía a la secundaria, él fue el guitarrista y uno bastante bueno, incluso era apodado el George Harrison de la familia.
La grabación del primer álbum, el cual fue titulado 'whatever it takes', ya había terminado, el equipo de producción y yo ya estábamos trabajando en el segundo disco. Este nuevo proyecto, según las palabras de Dan, sería el punto entre una niñita con suerte o una chica destinada para el mundo de la música.
Justo en este momento yo buscaba algunas partituras que Dan me pidió hace algunos minutos para continuar con la composición de una canción, pero no las encontraba pues olvidé donde las guardé. Había buscado por todos los libreros a excepción de uno que estaba cerca de la chimenea. Tuve que tomar una silla para alcanzar la parte más alta del muble. Utilizando mi tacto traté de sentir las hojas, tomé varios libros que me impedían encontrar lo que necesitaba, pero uno grande y pesado cayó al suelo, bajé de la silla, sin embargo, no observé ningún título en el piso, tampoco escuché el sonido de impacto.
