Capítulo 4 (Final alternativo A)

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- ¡Pero que fue eso protagonista de cuarta! ¡Ahora si te mato! ¡Te mato! - dije persiguiéndola por toda su casa.
- ¡Deja de gritar! - se detuvo frente a su cuarto de repente, lo que casi provoca que me estrellara contra una pared.
- ¡Tu también estás gritando!
- ¡Por-qué-es-tu-culpa! - gritó recalcando cada palabra.

Comenzó a llorar y se alejó corriendo para encerrarse nuevamente en su cuarto. Por primera vez en estos días sentí como si mi corazón comenzará a quebrarse. La había molestado hasta el cansancio; le mentí, la manipulé, la metí en aprietos, incluso llegué a menospreciar sus opiniones, un poco nada más. No hice más que darle problemas todo este tiempo; sin embargo ella se mantuvo firme, se quejaba y me discutía, pero nunca llegó a ponerse así.

Me acerqué a la puerta de su habitación y por primera vez, pedí permiso para entrar, por supuesto que me dijo que no. Aún así entré. Si lo se, hago lo contrario a lo que digo, pero que quieres que haga, esto era nuevo para mí.

- ¿Sally estás bien? - un pequeño bulto acostado en la cama se escondía debajo del edredón.
- ¿Te parece que estoy bien? - pues no
- Puedes contarme que sucedió hace un momento en la playa, se que no soy la persona indicada, pero te prometo que te escucharé... para variar.

Su cara estaba llena de desconfianza, la entiendo, ni yo me contaría mis problemas. Pero esta vez sería diferente, la ayudaría en lo que pudiera. Soy torpe y odiosa, pero no insensible.

- Ya, entonces déjame hablar.
- Lo siento.
- No se que me sucedió, yo no soy así. Me siento rara, pero él es más raro que yo. Es el primero que no se burla en mi cara cuando le digo que soy una vampiresa, hasta mi mejor amigo lo hizo. Así que pensé que podía darme la oportunidad de conocerlo, aunque obviamente no lleguemos a nada porque eso es imposible. Pero en serio creí en esa posiblidad. Todo es muy confuso.
- Oh cariño, esa posibilidad si existe, tienes que creer más en ti. Eres más que una chica rara o una vampiresa, yo he visto mucho más en ti. No eres un peronaje cliché y aburrido, eres especial, y no en el sentido en el que se usa últimamente la palabra para describir todo menos lo que de verdad es especial. Eres inteligente, valiente, aunque un poco testarurda, sincera y siempre defiendes tus ideales a pesar de que eso te traiga soledad. También eres muy linda cariño, y eso no va a cambiar aunque te ocultes bajo la capucha de tu mugroso abrigo.
- Muy lindo discurso, pero olvidas el mayor detalle del problema, él no es más que uno de tus trucos de magia. No es real, va a desaparecer como pasó antes en la fuente.
- ¿De qué hablas? - le pregunté confundida.
- ¿Cómo que de que hablo? - me respondió con otra pregunta, aumentando la confusión para ambas.
- Él es cosa tuya, lo apareciste el primer día. Con la mudanza. ¿No lo recuerdas? Él es mi vecino nuevo.
- Olvida todo lo que dije, ahora si se que eres pendeja. Sally - le comencé a explicar lentamente para ver si así entendía - los vecinos nuevos que yo aparecí el primer día para demostrar mi hegemonía sobre tu vida, viven en la casa que está al lado derecho de esta, ese chico vive en la casa que está del lado izquierdo. Ellos también se habían mudado, lo que una semana antes, pero como nunca sales de tu habitación no lo sabías.

Se quedó en shock, tardó alrededor de un minuto en asimilarlo todo.

- Niña, creo que confundes la derecha con la izquierda y viceversa - le dije.
- Ahora que lo dices, eso explica muchas cosas. Como porque soy mala en los videojuegos de arcade viejos y tengo pésimo sentido de la orientación tanto que me pierdo constantemente cuando voy a lugares nuevos.
- Bueno, problema resuelto, ahora ve por él.

Sin embargo se quedó sentada pensativa, en vez de ir a buscar al amor de su vida, vale, no era el amor de su vida, pero era su pequeño y tierno romance de verano.

- ¿Crees que soy tonta al pensar en todo eso, sólo después de hablar como cinco minutos con un desconocido?
- No eres tonta, solo eres adolescente, es normal que empieces a enamorarte - dije recalcando lo que todos menos al parecer ella sabíamos.
- Pufff, eso no es amor, no estoy enamorada de un deportista amante de la playa, eso no va conmigo. Y menos un amor a primera vista, no soy tan superficial como para hablar con un chico y caer rendida a sus pies. No soy tu protagonista de comedia romántica de verano.
- Querida Sally, acaso no te sentiste feliz cuando hablaron, aunque también muy nerviosa. Y ahora estás confundida y no puedes expresar con palabras el sentimiento que tienes hacia él y sólo piensas en descubrirlo aunque te de miedo ¿Y esos cinco minutos como dices, no deseaste que durarán mucho más tiempo? Eso es estar enamorada cariño.
- Oh mierda, si estoy enamorada. - dijo impactada, ahora confirmo nuevamente, es medio tonta.
- Se siente como si fueras una chica normal - dije emocionada.
- No exageres, sigo siendo rara de temer - dije con una sonrisa.
- Eso me imaginé.
- El amor es más raro que yo.
- Eso lo hace fantástico. Y aunque no lo quieras admitir, si eres una protagonista. Y esta es tu historia, así que por esta vez te dejaré elegir que rumbo vas a tomar. Entonces, ¿qué harás?
- Tener... una... Cita...

Salió así mismo como estaba vestida, aclaro que todavía estaba vestida en bikini con su abrigo encima, pero creo que no se daba cuenta, a buscar al chico. La detuve para que dejará la locura y le pregunté que podía hacer y sólo me pidió que los llevara a ambos a la playa.

A la velocidad de un parpadeo los trasladé a ambos a una playa solotaria, con una hermosa puesta de sol por cierto. A veces me asusto de mi misma, soy increíble. Sally gritó del susto, los mortales no toleran bien esos viajes. Me miró molesta, seguro pensó que esa "magia" podía molestar al chico, pero no, eso está controlado también. Si, soy increíble.

- Mira, podría idear un súper elaborado plan de 86 pasos para atraerlos a los dos a la playa al mismo tiempo, y eso me tomaría cuánto, cinco capítulos más, pues no. Así que ya, están los dos en la playa al atardecer, no hay nada más romántico que esto. Vamos, hagan lo suyo - mientras hablaba el chico ya estaba con nosotras.

- Hola
- Ho-la. - el chico no lo dijo por miedo a asustarla, pero que se confundiera al hablar con él le parecía muy tierno - Narradora, nos das un minuto a solas - me dijo.
- Claro niña, pero que sepas que estaré espiando - me marché lentamente.
- Disculpame por lo que pasó en la playa. En verdad no quería decir que no. Osea, quería decir que sí, pero estaba nerviosa.
- Si, a veces me pasa... Espera, entonces si quieres salir conmigo - dijo con una enorme sonrisa dibujada en su rostro.
- Si - le respondió sonrojada.

Lentamente, él se acercó a ella, para acomodar su cabello por detrás de la oreja. Acto que logró sonrojarla aún más.

Comenzaron a caminar por la orilla, sintiendo la calidez del agua y la suave arena en sus pies descalzos, todo bajo la romántica puesta de sol. Momento que aprovecharon para hablar y conocerse mejor. Después de que él le preguntó todo sobre ella, sus gustos y manías raras, finalmente le llegó su turno de responder.

- Dime algo de ti, por favor - dijo esperando ansiosa su respuesta, ya que él no había hablado tanto de sí mismo.
- Yo si soy un vampiro - dijo muy serio.
- Ya en serio, dime algo de verdad.
- Soy un vampiro real - dijo metiendo su dedo índice en la boca para mover sus hermosos labios y enseñar sus filosos colmillos. Para al mismo tiempo cambiar la coloración de sus ojos, de un tono azul a un rojo intenso.
- Eso no me lo esperaba...

Continuará

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⏰ Última actualización: Aug 17, 2021 ⏰

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El peor verano de mi vida... ¡Todo por tu culpa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora