— Louis, esta camisa te queda muy bien — dijo Harry acariciando los botones de su camisa, uno a uno.
— Gracias Harry.
— ¿Gracias? ¿Sólo gracias?
— Estoy intentado no tentarme, Harry, estamos llegando tarde, por favor.
— Está bien — dijo en un tono intermedio, acomodando la solapa de su chaqueta.
Después de unos minutos estuvieron listos para salir de casa. Harry no dijo una palabra lo cual era muy raro, nunca paraba de hablar cuando estaba nervioso.
— ¿Te sientes bien, Hazz?
— Me sentiré bien cuando te tenga gimiendo debajo mío dentro de — miró su reloj — veinte minutos exactos — el menor tragó saliva sonoramente —. Hemos llegado — sonrió y lo miró con lujuria al bajar del lujoso auto.
Caminaron de la mano hasta la puerta blanca. Al entrar al lugar, pudieron contemplar el alboroto, el lugar estaba atestado de gente. Allison, la dama de honor, los vió entrar y llegó corriendo al lado de la pareja.
— ¡Qué alegría verlos! — Harry creyó sentir que sus oídos explotaban ante la voz chillona de la mujer —. La cena está a punto de comenzar, pónganse cómodos.
Louis asintió y protestó cuando Harry apretó su mano guiándolo hasta su mesa. La novia golpeó una copa cuando ellos estaban llegando.
— Atención por favor — seguía golpeando la copa.
— ¿Ya terminó de joder con esa maldita copa? La romperá en cualquier momento.
— Hazz, comportate.
Bufó mirando a otro lado sin prestar atención al discurso de la mujer.
Pronto llegó la comida, lo cual alegró a Harry.
— Harry... Hazz... Harry... HARRY — miró a Louis asustado — . ¿Puedes comer más lento?
— No. Tengo hambre y no precisamente de comida, pero esto ayuda un poco — respondió haciendo sonrojar al menor y siguió comiendo con tranquilidad.
— ¿Cuanto tiempo ha pasado?
— Nueve minutos, creí que iban a demorar menos — se quejó el rizado.
Cuando llegó el momento de partir la torta, Harry acarició el muslo de Louis, simulando prestar atención a los novios, mientras sonría de lado.
