Al parecer dos adolescentes enamorados ya habían dado a concoer su relación y estaban felices con eso, a escepcion de cuando los molestaban a modo de burla por el notable enamoramiento previo de Cedric y lo sobreprotector que solía ser.
Incluso antes de ser una pareja lo era, así que no había manera de no serlo cuando por fin parecía ser su año de suerte.
Pero, mientras tanto, una chica morena no la pasaba bien con la idea de salir de Hogwarts en unos meses.
Riley siempre le aconsejaba que saliera de su casa, pero fueron más grandes sus preocupaciones cuando Mariana casi explota de enojo solo por haber sacado un ocho en un examen.
Muy seguido la morena lloraba en el hombro de su novia y sus amigos.
Sentía la pesadez en sus ojos.
— Mar. Sabes que puedes decirme lo que sea, y-yo estoy aquí, para tí... ¿Es sobre... Grace? Yo sé que ella-
— Grace nos tiene preocupados, pero... Es sobre tu y yo, Riley perdón. Yo enserio intentaré llegar a ese trabajo y salir de casa y- poder tener nuestra casa y alejarnos de todo esto.
Riley sonrió.
— No es necesario que te esfuerces así, vamos a hacer lo que sea sin importar a quienes les moleste. Solo... Hay que estar juntas, apoyándonos.
Cedric y Mina decidieron no entrar a la habitación cuando notaron a la morena llorar en los brazos de Riley.
La habitación de Ced siempre estaba limpia.
Pero cuando empezaron a hablar y después de unos besos y cosas cursis, ahora estaban los dos demasiado cerca en la cama de Cedric.
Mina cerro los ojos mientras negaba con la cabeza e intentaba reír falsamente.
— Oh, Mariana ya debe estar libre, nos vemos... amor.
Cedric se paro de la cama siguiéndola. — ¡Mina! ¿A dónde vas?
La castaña sonrió.
— A mi habitación.
— ¿T-te hice sentir mal con algo que dije o hice?
Mina rió mientras negaba.
— ¿Segura?
— Sí, Ced. Completamente.
— Si te incomode, lo siento.
Mina frunció el ceño mientras se acercaba.
— No... Es solo que, no me- me refiero a que... no tengo mucha experiencia en noviazgos y no sé cuándo es que-, solo digo que-, Uh...
Cedric rió gentilmente.
— Mina, no voy a hacer nada que tú no quieras.
La castaña asíntio.
— Ah si, sí, está bien.
Cedric volvió a notarla tensa.
— ¿Qué es lo que te pone incomoda?
Y de nuevo estaban en su habitación sentados en su cama.
— Es solo qué, yo sé que tú eres, pues ya sabes, un chico que siempre estaba junto a chicas, y... Normalmente tus noviazgos eran largos y-
— Nunca tuve noviazgos. Digo, de niño solía llamarlos así, pero... No eran noviazgos.
— Tu te acostabas con ellas y solo eso, es a lo que me refiero. — Habló la castaña en una toma de valentía.
Cedric se sonrojo.
— Pero... No- no era algo que- que yo-... Ugh lo lamento tanto Mina... Es solo que- mhh, sentía que... Yo, solo fui un tonto. Un gran idiota.
Mina miro hacia otro lado.
— Está bien, Grace solía decir que todos los chicos eran así.
— Eso no... no es cierto.
— Ced, solo no me siento cómoda porque tú, bueno ya sabes, eres un experto en cosas por el estilo.
Cedric rió.
— Claro que no, Mina... Yo solo he salido con chicas para ser un idiota con mis amigos y- solo unos pocos... Días.
Mina rió.
— Bueno, perdón.
— ¿Por qué?
— Esto debe ser como un año de abstinencia para tí.
Cedric rió.
— Contrario a lo que tú piensas, no soy un adicto al sexo.
Mina rió.
— Es solo qué... Uh esto es vergonzoso.
Cedric asíntio.
— Está bien. No volveremos a tocar el tema hasta que tú lo desees.