𝗖𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝘁𝗿𝗲𝘀

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Cuando YoonGi era pequeño, su única manera de protegerse cuando sentía peligro era en los brazos de su madre. Al cumplir dieciséis, su refugio era ser un felino que no tenía vergüenza de utilizar sus afiladas garras en cualquier momento.

Conocer gente no le agradaba en absoluto, se sentía vulnerable y le aterraba. Con Park a su lado era distinto, el chico le transmitía buenas energías. Pero se estaba arrepintiendo de acompañarlo y el chico notó su cambio de ánimo.

—Yoon, ¿qué te ocurre?

—Yo... no debí haber ve-venido, ¿sabes? Es-es tu familia y yo... no me gusta... la gente—sintió como su rostro enrojecía por la vergüenza pero no se esforzó demasiado en tratar de ocultarlo.

Jimin comprendió perfectamente a lo que le temía. Las personas fuera de su círculo le producían cierto temor, y él al contrario de burlarse como harían los demás, buscó una solución rápida al problema.

Min era híbrido de gato. ¡Y esa era la solución!

—¡Sé mi gatito! Y así te puedes esconder, o quedarte siempre a mi lado.

YoonGi se sorprendió. ¿Dónde estaban las bromas, las burlas y las risas que siempre oía? ¿O Park estaba jugando con el con una táctica que no conocía?

—¿En serio llevarías un gato de visita a la casa de tus tíos?

Park se rió. Una risa bonita.

—Te traje conmigo, ¿y aún así te quedan dudas?

—Mamá no tarda en venir, se estaba bañando, Jimin—comentó bajando las escaleras

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—Mamá no tarda en venir, se estaba bañando, Jimin—comentó bajando las escaleras. Minutos después se encontraba sentado frente a la visita—. ¿Me parece o la última vez que viniste estabas más delgado?

El felino se paseaba entre los pies de Park, y algo en ese chico no le gustaba desde el momento en que les había salido a recibir.

—Jihyun... yo..., no lo sé.

—Creo que si, te ves más rechonchito—sonrió, insistiendo con inocencia. La cual, obviamente, no tenía.

Su primo Jihyun siempre era malo, pero especialmente con Jimin tenía una especie de afición. De niños lo molestaba hasta hacerle llorar y temblar del miedo, solo por ser mayor, y una vez que Jimin entendió como defenderse... tampoco lo hizo; la mejor opción era evadir las situaciones.

—Tal vez...—el felino lo miró desde el suelo, se le notaba incómodo—, pero estoy cuidando mis comidas, y ha-hago ejercicio.

—No se nota, pero... ¿Cuando vendrás con tu novia? Porque seguro tienes a alguna chica, ¿verdad?

El gato movió la cola, demostrando su enojo. ¿Porqué ese idiota no dejaba de molestarlo?

—Jihyun, por el momento no creo que...

—A menos que seas gay, clar...—harto de tener que oírlo, el gato de un salto se prendió en la ropa del chico, rozando bastante fuerte la piel con sus filosas armas—, ¡demonios, quítalo, quítalo!

Si la situación hubiera sido, claramente, otra, Jimin habría reído. Pero el rostro enrojecido de su molesto primo que tenía al gato intentando escalar por su pierna le hizo sentir algo de pena.

—¡Suga! No, no hagas eso—y en cuanto lo tomó con sus manos el felino guardó sus garras—, gatito malo—le dió unos suaves golpecitos en la cabeza que acabaron siendo caricias por todo su torso.

—¡Tu gato me odia! ¡No ha dejado de mirarme raro!—vociferó indignado, poniéndose de pie con ánimos de marcharse a su habitación en el momento en que su madre bajaba las escaleras cantando una canción.

Jimin le sonrió, hundiéndose en el sofá en el que estaba, con el felino sobre el regazo.

—Te odia tanto o más que yo, descuida.

Por primera vez, Min se consideró útil en algo y Park se sintió superior viendo el enfado de aquél chico.

Por primera vez, Min se consideró útil en algo y Park se sintió superior viendo el enfado de aquél chico

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©Yoonniexjiminie5

¡𝗡𝗼 𝗿𝗼𝗺𝗽𝗮𝘀 𝗹𝗼𝘀 𝗵𝘂𝗲𝘃𝗼𝘀! ミ 𝗬𝗼𝗼𝗻𝗠𝗶𝗻𝗬𝗼𝗼𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora