Tuyo, Mío -Vkook- Nammin

uno para el otro

Que hermoso es ver al hombre que enciende cada parte de tu ser siendo tocado y apreciado por otros.

Verlo suspirar mientras otro besa su cuello y aprieta su cintura para frotarse, era excitante.

Era excitante pero a la vez hacía hervir su sangre. Su enojo hacía que sus venas sobresalieran pero también estimulaba a su pene, podía sentirlo como se ponía duro y sensible, nada nuevo al saber que el dueño de su estado y cuerpo era Jeon Jungkook.

Sus miradas en todo momento no se desconectaron, solo eran ellos dos en medio de toda la gente de ese lujurioso bar.

Acomodó su traje un poco ajustado y pidió un trago al barman y nunca dejó de mirar a su amante. Quizás ya era tiempo de irse a la habitación.

-Es muy raro que alguien tan guapo este solo-

Escuchó a su costado y le prestó atención. Un chico un poco más bajo que él, con ropa ajustada elegantemente y labios carnosos tenía intenciones de coquetear con él. No era difícil intuirlo ya que el lugar era exclusivo para eso, venir a follar o pasar un buen rato.

-es muy raro que alguien tan precioso como tú, lo esté también- sigamos el juego, pensó-

-Si me acompañas ya no lo estaré

Una tensión se podía sentir y a lo lejos percibió a su amante mirarlo con intensidad. Al verlo un permiso se le concedió para seguir con la rutina de cada fin de semana.

Sonrió y su atención fue puesta en el más pequeño, sin olvidar al pelinegro que estaba siendo acorralado en una pared.

-No es necesario irnos tan lejos muñeco, después de todo un ángel como tú no debe ser encerrado en oscura lujuria

Que buena excusa fue, el pequeño chico se sonrojó mientras apresaba sus labios contra sus dientes. Al parecer le estaba gustando la idea de ser un poco exibicionista.

El mas alto acomodó su pelo negro y sonrió,  desde lejos se notaba que  el pequeño rubio deseaba ser un poco dominado.

-como te llamas querido?- preguntó el rubio mientras tocaba el pecho del contrario y acercaba su boca al cuello del pelinegro.

-si es posible, dejame escuchar primero el tuyo, no aguanto la curiosidad de saber el nombre de un muchachito tan hermoso y sexy como tú

-soy Park Jimin

El de labios pomposos no resistió más y besó a ese sexy moreno, lo besó desordenado y deseoso. En medio de besos aprovechó y tocó  el miembro del hombre, estaba tan duro y  grande, su boca no pudo evitar soltar un gemido. Sería una noche muy buena

O al menos eso pensaba, ya que al separarse de la boca del extraño notó que este nunca había cerrado los ojos y tampoco lo estaba mirando. Miró a la misma dirección y vió a un chico de cabellera morada y un piercing en su ceja, este estaba siendo frotado y besado por dos hombres. Este también los estaba mirando

Lo dejó perplejo  por un momento cuando el chico pelimorado le sonrió e hizo un gesto de diversión.

Mierda, tardó 3 segundos en darse cuenta de que el pelinegro nunca estuvo excitado ni interesado en él, joder. Se sentía demasiado estúpido y un poquito usado. Pero eso no iba a impedir que alguien lo follara esta noche

Soltó una risa y se desprendió del moreno, iba a ir a buscar otro hombre con un pene más grande, lástima, tendría que hacer un par de llamadas. Todo sea para tener a ese hombre de sonrisa grande y unos hoyuelos hermosos de nuevo en sus brazos, o una última vez.

El moreno ni se dió cuenta cuando el más pequeño se fue, no podía dejar de ver a su amado. Ya no aguantaba más, quería marcarlo y hacerlo suyo una vez más.