Año 4: Fuego

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Ime tomo la mano de la niña y juntas bajaron del tren, el verano se le había hecho eterno dando vueltas por el mundo para evadir el volver a casa y ya casi al final solo contaba los días para volver a su hogar fijo, Hogwarts. Durante más de un momento del viaje Hope había notado su inseguridad y había ofrecido volverse antes al colegio para que Ime pudiera ir a su casa pero la rubia había rechazado la propuesta reiteradas veces, aunque tenían casi la misma edad la niña ya la había tomado desde siempre como el adulto responsable y le tenía un cariño casi maternal, aunque nunca se lo diría en voz alta.

-Vamos a llegar tarde al comedor Hopy y no es ese tipo de atención el que quiero el primer día.

Nada borraba la sonrisa de oreja a oreja en el rostro de Ime que correteaba golpeando las puntas de sus tacones contra el suelo, era tan natural que ni siquiera quienes mas la conocían hubieran sabido si era real o solo estaba fingiendo. La inmensidad de las puertas de ingreso solo eran un anticipo de lo que había dentro, el comedor con mesas interminables se extendía repletas de estudiantes, sin contar las decenas que aún estaban llegando, no hacía falta conocer a alguien para saber a qué mesa iba a dirigirse, los colores tan característico de las casas ya no solo eran algo del uniforme si no un distintivo que llevaban en sus accesorios o incluso en su cabello como en el caso de Ime. La rubia se dirigió a la mesa de Slytherin mientras Hope la seguía, ambas tomaron asiento juntas, en frente de Danielle y Bass quien había sido la primera amiga de Ime cuando llegó y que también tenía un niño del cual era responsable.

-¿Cómo estuvo el verano de las Stelkaer? y por favor dime que no llevaste a la niña a un bar de Strippers.- Hope fue quien se adelantó a dar una respuesta dejando a Ime con ganas de reclamarle la broma de mal gusto.

-Ime me llevó a recorrer todos los estados de América, e incluso se consiguió un novio de verano...o quizás un par.

-Estados Unidos Hopy, América es un continente. Y no fueron novios, solo necesitábamos guías turísticos y choferes.

-Parece que no tienes un límite Stelkaer.- Danielle había hablado en forma de broma y se estaba riendo un poco aunque algo en su tono había alertado a Ime, lo seguro era que a la rubia no le había divertido mucho.

Sus pensamientos se la llevaron al punto que Hope tuvo que golpearla en el brazo para que notara que la comida ya estaba servida, incluso durante toda la cena solo respondió comentarios que fueran directamente para ella evadiendo la mayor cantidad de detalles que pudiera, no le interesaba dar muchos detalles sobre el porque de su negativa a volver a casa. Una estudiante gryffindor paso por detrás de ella dejando caer un pequeño trozo de papel sobre su plato de arroz, giró su cabeza de golpe dispuesta a reclamarle pero reconoció la cabellera pelirroja y se devolvió a su posición original para revisar el trozo de papel, cuyas instrucciones eran vagas pero a la vez muy especificas.

"Bosque en una hora, solo de cuarto hacia arriba"

volvió a doblar el mensaje para dárselo a un chico con orejas puntiagudas sentado junto a ella, luego volvió su mirada a Danielle con la sonrisa que hacía siempre que en cuanto tenía un buen plan.

-Parece que esta noche vamos a divertirnos bastante- miro tanto a su niña como al de su amiga- Ustedes dos tienen chocolate en mi valija y espero que estén durmiendo cuando volvamos.

Ambos niños intentaron reclamar para que les permitieran ir pero bastó solo un par de miradas de las mayores para que se quedaran en silencio. Ninguna de las dos terminó su plato de comida antes de salir del comedor e ir a su cuarto a quitarse el uniforme para cambiarlo por un atuendo más acorde a la fiesta. Deseo no haber llevado tanta ropa porque para cuando encontró la falda que buscaba una montaña de prendas se había formado sobre su cama, la dejo ahí sabiendo que para cuando volviera la niña seguramente ya la habría guardado y por ultimo guardo en su bolso negro un par de botellas de vidrio que había traído escondidas entre las camisas del uniforme y que necesitaba toda la concentración del mundo para que no chocaran entre ellas y sonaran como una campanita para pedir un castigo.

Esmeralda En BrutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora