Recuperate (Saga nuevas especies #2)

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Reserva

Terquedad, una palabra, tres sílabas, y nueve letras era el término perfecto para describir a la pequeña cachorra que estaba escondida bajo la gran mesa de comedor del hotel, por la simple y sencilla razón de que no quería ir a la escuela, haciendo reír a algunos machos y hembras salvo a la que estaba a cargo de esa pequeña revoltosa.

Kit estaba con los nudillos blancos por la presión que tenía en sus nudillos, y tenía una pequeña vena en su frente que palpitaba, era hasta gracioso de ver, pues la niña era un amor con todos, excepto la felina, por la cuál había desarrollado una especie de aborrecimiento, desde que ella era la que mayormente era ella la que impedía que viera a ojos del mar.

Para Kit era insultante no tener el control sobre esa pequeña cosa que le llegaba a la cintura y no lo iba a permitir.

—Tienes que ir a tus clases— solto la felina en lo que pareció más un gruñido que cualquier otra cosa, y es que la verdad ella no tenía nada de paciencia, todavía ni siquiera entendía porque era su deber cuidar de la pequeña pulga.

La niña contaba los minutos con el reloj de princesa que el "hombre feo" le había entregado, en su momento dudó en aceptarlo porque se lo estaba dando el pero, el reloj no era feo, el si, el reloj no, y mucho menos cuando en el podía saber a qué hora veía a ojos azules.

Kit intentaba, de verdad lo intentaba, pero era algo que no estaba en su sangre, ella no tenía paciencia, y mucho menos cuando tenía que madrugar tan temprano solo porque tenía que llevar a la pequeña pulga a tutorías, entonces la pequeña empezó a soltar algunas risas, era frustrante, pues a ella no le dirigía ni una palabra.

—Escuchame muy bien mocosa, o sales de ahí, vas a bañarte o...— sus palabras fueron interrumpidas por un gruñido gutural.

—O si no, ¿qué?— Vengeance hablo con entre dientes y respiración agitada, si había algo que lo molestara más que lo encasillaran, era que le hablarán mal a su cosita, la cuál al escuchar su voz corrió en su dirección, siendo atrapada por sus grandes brazos y su macizo cuerpo con olor a hogar.

Vengeance seguía con la guardia arriba, listo para cualquier ataque que lanzara la felina, mientras suavizaba su mirada para que su pequeño rayo de sol no se asustará.

—Ella tiene que ir a tutorías— el tono de voz de la hembra fue mucho más moderado esta vez.

Ven sin responder solo asintió, dando media vuelta dirigiéndose al salón donde había visto a varias hembras al entrar, sin dirigirse a nadie en específico solo hablo.— Alguien que la bañe, por favor— claro y consiso a si era el, Creed fue quien se levantó de su asiento pues eso ya se había convertido en una especie de tradición para todos, la niña no obedecía a Kit, así que el macho iba todas las mañanas sin falta a la misma hora a llevarla a sus tutorías, y ellas lo ayudaban bañandola, vistiendola y peinandola, toma a la pequeña en brazos y se encaminó hacia su departamento.

Brezee tomó la palabra— Esto ya es tradición,¿cuando se comportará mejor con Kit?.— El canino sin saber que responder se limitó en sentarse en un lugar alejado de las hembras, no le gustaba acercarse, no después de los incidentes, y ahí espero a que la cachorra hizo acto de presencia mostrándole su vestido azul, e ignorando a los de su entorno, porque algo si tenía ella, podía ser todo lo amable y educada, pero cuando el estaba ella se olvidaba de todo, solo era el, ese macho siempre lograba ser el foco de su atención donde fuese.

Jade sonrió mientras el la tomaba de la mano, y juntos se dirigían a sus tutorías, ella iba tarareando un melodía, mientras avanzaba en pequeños saltitos,  que hacían enternecer el corazón de su acompañante, y de cualquiera que la viese, también planeaban el pequeño picnic que tendrían por la tarde con el señor León, ella tenía nombres para todos nadie se salvaba, ni por equivocación.