Este primer capítulo va a ser bastante pesado, pero voy a tratar que los demás no lo sean.
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Normalmente, cuando se habla del fin del mundo, suele ser sobre como evitarlo, como evitar una Apocalipsis, normalmente, cuando alguien se refiere al fin del mundo, suele hablar sobre el desastre que será antes o durante, pero, hay excepciones, y esta es una de estas excepciones
Todo empezó con la explosión de un laboratorio radiactivo, la exposición de aquellos químicos provocó la más grande cantidad de muertes en el mundo, después de que aquella enfermedad cediera, y ya no hubiesen infectados, la gente entró en demencia, en busca de sobrevivir, la gente se empezó a matar a sangre fría, habiendo más asesinos que nunca
Apenas y quedaba gente viva, la mayoría adultos, pero como dije, la mayoría, no todos eran adultos
Tres pequeños niños, con menos de quince años, se conocieron, quizá por casualidad, tal vez por destino, sea cual sea la fuerza que los unió, había hecho, o la mejor decisión del mundo, o la peor, no existe un punto medio
Todo empezó tres años después de que aquella Apocalipsis acabara, un chico de once años caminaba entre aquellas tiendas abandonadas en busca de comida y medicinas nuevas, era de madrugada, y aunque eso hacía más peligroso el estar afuera, realmente no le importaba, sabía que lo peor que podría pasarle era morir, y para ese punto, no le importaba
Aire saliendo se su boca era lo más ruidoso allí, haciendo aquel ambiente digno de una película de miedo, eso hasta que un ruido hueco se escuchó desde una tienda, como si un envase vacío cayera al suelo
Aquel sonido llamó la atención de Víctor, el cual se dirigió a pasos lentos y callados hacia la tienda, entro por la ventana rota, haciendo un pequeño ruido al pisar los cristales rotos
Sintió como unos ojos volteaba a verlo, agarro un cuchillo que tenía en el bolsillo de su mochila, pero al ver bien que lo miraba, soltó el cuchillo y su cuerpo se relajó
-- ¿quién eres?-- pregunto el pequeño mientras comía mermelada de un envase de plástico
-- justamente te iba a preguntar eso-- se puso de cuclillas para quedar a la altura del pequeño el cual estaba sentado, ignorando que habían varios trozos de vidrio alrededor de el que podrían lastimarlo
-- pues yo pregunté primero-- una pequeña sonrisa se asomó en el rostro de el mayor
-- soy Víctor, ¿y tú?--
--Que feo nombre, yo soy Gustabo, con b--
-- ¿y mi nombre es el feo?-- pregunto con gracia
-- Si--
-- ¿estás solo?-- el castaño asintió
-- eres bastante pequeño, ¿crees entrar en una ventilación?--
