A ʀᴀʏ ᴏғ ʟɪɢʜᴛ ɢᴜɪᴅᴇs ᴍᴇ ᴀɴᴅ ʟᴇᴀᴅs ᴍᴇ ᴛᴏ ʏᴏᴜ (WuJi/XianWang) [TERMINADA]

Capítulo 4: El Príncipe en reclusión

Summary:

Interrumpir la reclusión del Príncipe. Muy mala idea.

Hua WuXian estaba en un superultramega increíble misión.

No, más bien se había decidido recluir para cultivarse en serenidad; aprovechando también, domar a una increíble bestia divina escondida en una cueva en el reino mortal.

Bueno, de hecho, fue una petición de su Laoye.

Jun Wu le había mencionado sobre un tal Xuanwu de la Mortandad deforme que yacía escondida en la Montaña Arroyo Crepuscular en los territorios del Clan QishanWen. Al inicio WuXian no estaba para nada interesado realmente. No fue hasta que su Laoye le habló sobre el resentimiento que emanaba la criatura que se preocupó. Por lo tanto, decidió tomar la cueva como su sitio de reclusión para meditar y poder purificar el resentimiento de Xuanwu. Algo similar a lo que sucedió en Túmulos Funerarios por lo cual fue declarado como Yiling Laozu.

Con respecto a la bestia, aquello le tomaría alrededor de cinco lunas para poder limpiarla al cien por ciento. Porque, además, dos de ellas sería para su meditación aislada. Una para limpieza, y otra para equilibrar las energías. La última es para fines de entretención con su nueva mascota, muchas gracias.

La cosa es. A mitad de la segunda luna escuchó el clamor desgarrador de muchas personas. Algunos pedían por sus vidas, otros por salvar su reputación. Sin embargo, uno en especifico que llamó su atención más que los demás, fue aquella oración que no era para el orante.

《Quien sea que escuche, por favor. Sólo pido que mi hermano resida a salvo, en donde sea que esté. Que mi padre viva, y que mi tío también.》

YongZheng-Jun frunció el ceño. Que él sepa, no ha habido alguna batalla que causara tantos estragos y desesperación. Por ello, se concentró en conectarse con los clamores siguiendo la dirección de donde venían. Estos lo transportaron a una montaña lejos de donde yacía recluido. Si no se equivocaba, ahí habitaba la famosa Secta de GusuLan de la cual HuaiSang, sus padres y tíos le habían mencionado.

Para que el orante suene tan desesperado, ha de ser un asunto de suma gravedad, y Hua WuXian no pudo evitar sentirse totalmente curioso.

Así que de inmediato, puso en marcha su trasero en dirección Gusu.

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Escondido del ojo de los mortales, Hua WuXian ingresó a la residencia de aquella Secta.

El Príncipe se encontró con la devastadora escena, de un campo de batalla arrasado por el fuego. Cuerpos vistiendo de blanco, inertes en el suelo demostrando que dieron todo de sí en la lucha. Aquello lo dejó realmente desconcertado, con una amargura en sus labios que ni la Sonrisa del Emperador podría quitarle.