—No estoy entendiendo —dice Mingyu mientras ladea la cabeza.
—¿En dónde te perdiste? —le pregunto yo. Tomo el control del televisor y lo apago, tratando de que las distracciones desaparezcan.
—En todo, quizá. No quiero sonar grosero, pero es que eres terrible contando las cosas, Cheol. —Ladea la cabeza y yo lo miro medio incrédulo. —Comienza desde el principio.
—Bueno, lo haré. Esta vez tienes que seguirme el hilo —le advierto.
Mingyu asiente entusiasmado y se revuelve en el asiento hasta que encuentra una posición cómoda. —Prometo que trataré —dice.
Esto es fácil. Comencemos de nuevo. Ya te he dicho cómo lo conocí, ¿no? No importa, aquí te va una última vez.
Se llamaba Boo Seungkwan (un nombre peculiar), tenía el cabello de un rubio tan claro que me resultaba irritante verlo, y era mi vecino desde que tenía unos 7 años; ya sabes, después de habernos mudado.
Y dios mío, cómo lo odiaba.
No había noche que no tuviera que mantenerme en vela gracias a su llanto; pero de verdad que era un niño llorón, nunca había conocido a alguien que pudiera sacarse medio litro de agua en lágrimas. Y desde mi ventana, que daba frente a su cuarto, debía aguantarme sus berrinches a todo volumen.
Sin embargo, mis padres lo adoraban. A toda la familia de los Boo, en general.
—¿Me estás diciendo que en verdad se apellidaba así? —pregunta Mingyu. —Pensé que estabas bromeando.
Niego mientras sobo mis cienes. —Ojalá hubiera estado bromeando.
Continúo, de nuevo.
El niñito, en cuestión, creció para también convertirse en una pequeña sabandija. Le gustaba entrar por mi ventana cada que la dejaba abierta; así que un día, cuando mi mamá me preguntó por qué ya no la abría, le dije que los insectos se la pasaban picoteándome como si fuera una golosina.
—Pero creí que siempre habías vivido rodeado de mosquiteros, de esos que se abren como cortinas —interrumpe Mingyu y señala a la puerta abierta de la casa, donde uno de esos mosquiteros impide el paso de cualquier bicho salvaje —. En tu casa anterior todas las ventanas los tenían, también las puertas. ¿Lo recuerdas? Cuando éramos niños solíamos cortarlos con tijeras y tus padres nos regañaban siempre.
Suspiro y miro a mi amigo con reproche, pero acabo riendo. —Detalles —defiendo —. Y mamá jamás cuestionó mis razones, de cualquier manera.
Entonces un día, cuando volvía de la escuela, ahí estaba. Seungkwan tenía las piernas extendidas frente a él y un puchero en los labios. Y por algún motivo se encontraba sentado frente a la puerta de mi casa.
—¿Qué estás haciendo aquí? —le pregunté de mala gana.
Me miró con los ojos aguados y se soltó a llorar. ¿Por qué siempre estaba llorando?, de verdad que no lo entendía. ¿No se cansaba?
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Aquí / cheolkwan
Fanfiction⚘ Seungcheol le trata de contar una anécdota a Mingyu. ♡ [Cheolkwan, Seungcheol + Seungkwan] ꕤ Capítulo único ☆ Seventeen ☆ agosto, 2021