La certeza de lo que no se ve

Prólogo

Habiendo pasado miles y miles de años de la fundación y ordenamiento del planeta Tierra, los dioses(sin excepción alguna) asistieron al evento más grande y exclusivo jamás visto en la historia.

El vino, la música, las orgías, el todo abundaba sin intención de acabarse, con la sola finalidad de celebrar y disfrutar el encuentro tan esperado por todos.

- En el principio era el verbo.- cito Apolo con aires de paz.-Pero antes del verbo...

-¡Éramos nosotros!.- fue cortado por un borracho y gordo Dionisio poniéndose delante de el.

-Si, a la mierda mi discurso.- gruño enfadado bajando del escenario, dejando que las ninfas siguieran con lo suyo, tocando y bailando para los presentes.

-¡Eso DJ! ¡Y 1, y 2, y 3!.- ánimo saltando Baco como si no hubiera mañana.

Los dioses no se quedaron atrás, ya que fiestas así no se daban todo el tiempo que digamos.

Si fuera poco, el cielo temblaba ante los saltos y gritos eufóricos que se daban en la celebración, y no es por exagerar pero me pareció oír Industry Baby, desenfrenando a los dioses como mejor les parecía.

No negaré que hasta a mí me dieron ganas de saltarme esta parte e ir a bailar ese temon, pero lo dejaré para después...si el DJ se digna en volver a ponerlo.

Prosigamos.

Las fiestas jamás fueron lo mío, pero está esta a punto de estallar. Las buenas vibras no se vieron opacadas ni con la llegada de Hades, el cual salió con aires de grandeza de alguna esquina y seguido de él, la flamante Afrodita. Intentando de pasar desapercibidos, cosa en la que fallaron ante mis ojos sorprendidos...Baco debió de poner algo en el trago.

Miró mi copa de vino con terror para después desecharla.

-¡Carajo!.- chilló molesta alguna ramera; ladeó la cabeza para darle los dedos en signo de okay, sin embargo, mi sorpresa es inigualable cuando veo a Artemisa acercándose a mí en grandes pisadas.

Oh joder, es hora de correr ¡Corre!

Y eso hago, en fin. Estas cosas siempre pasan, simples fallas...menuda falla.

- Yo soy Zeus, Júpiter, dios del trueno, rey de los dioses o como la gente le plazca llamarme.- alardeo el hombre barbón para el grupo de dioses que lo escucha atentamente, sentado en su trono a solo un paso de caer borracho o seguro ya lo esta.

Me uno a ellos intentando camuflarme de la amargada diosa...en su buen juicio.

Joder, no debí hacer eso.

-¿Ya vas a empezar "hermano"?.-cuestiono Hades.-...ay Hades.- desde atrás. Los dioses se abrieron paso, incluyéndome.

Mis ojos lo acompañaron con añoranza hasta llegar donde está Zeus, los dos estrecharon manos sin resentimiento alguno, difinitivamente, el dios del trueno ya había caído en las redes del alcohol.

- Pensé que no vendrías.

-¿Y perderme una de las mejores fiestas?.- cuestionó burlón tomando de la copa de vino. Quien fuera copa ¡Yo quiero ser esa jodida copa! Para sentir lo suave y ardiente de esa lengua.

Suspiro presionando mis piernas, entonces, alguien a mi costado se aclara la garganta. Elevó la mirada suplicando que no haya notado el bochornoso momento que he hecho.

Música, haz lo tuyo.

Hefesto eleva una ceja y yo...yo.-¿Ambrosía?.

Le ofrezco la bandeja, que está vacía.