Capitulo Único.

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Draco camina distraído en sus pensamientos, estaba en automático, se sentía realmente confundido, no sabía cómo expresar sus dudas, era confuso para un Malfoy, hace meses que había dejado de molestar a Potter, incluso en algunas bochornosas ocasiones había defendido al estúpido Gryffindor en frente de sus compañeros de casa, ya estaba más que cansado, de pensar en el bienestar de quien debería ser su más grande enemigo, por el hecho de haber rechazado su mano en el primer año, y una que otras cosas, ese era su último año en Hogwarts, la guerra había terminado, por suerte su padre siempre fue un espía de la orden porque si no en ese momento se las estuviera viendo negras, se sentía muy mal, triste y decaído, quería incluir en todo al moreno, quería que lo mirara con admiración, quería ser el mundo de Harry Potter, pero por más que lo pensaba, no sabía cómo; tampoco sabía el por qué, estaba confundido, y quería que lo desconfundieran.- joder que complicado es ser yo-. Pensó el rubio recostándose en uno de los pilares para ver hacia el lago, y en ese momento la razón de sus problemas se sentaba bajo la sombra de un árbol.

-sabes perfectamente que te sientes así por que estas enamorada, solo acéptalo y créeme terminaras sintiéndote mejor y así querrás que él te acepte y harás todo lo posible para estar con el-. Dijo una chica que paso junto al rubio que platicaba con otra chica, que por cierto estaba muy sonrojada. Las chicas no repararon en Draco y él tampoco se fijó en quienes eran.

Pero el slytherin si prestó atención a las palabras que escucho, fue como tener una epifanía, una extraña visión de el mismo tomado de Manos con el chico dorado, donde el moreno lo besaba intensamente, y esa visión no le desagrado, es más, le resulto placentera, se sorprendió con ganas de sentirla, y de hacerla realidad, sin meditarlo mucho, decidió que conquistaría el moreno.

***

Una semana, una semana había pasado desde que había decidido conquistar al moreno Gryffindor, una semana en donde no había hecho nada, una semana donde se la había pasado espiando al moreno, pero ya tenía uno que otro dato, y había descubierto que lo que sentía por el moreno era amor, después de todo solo quería que estuviera bien, sabía que a Harry le partía el chocolate y todo lo que tuviera que ver con el producto del cacao, sabía que tenía muchos acosadores- y él no contaba por que el solo se estaba armando de valor para confesársele- y para su desgracia el maldito inocente no se daba por enterado, ya había espantado a más de media escuela, claro nadie sabía que era él quien los espantaba, benditas pociones que ayudaban a espantar a la competencia, y para su mala leche su rival más difícil –quien costo creer mucho- era su maldita, desgracia, perra rastrera “prometida” Astoria Greengrass, y la muy infeliz se atrevía a hablarle a Potter, ya se encargaría de romper el compromiso dejándola muy mal parada, es que lo tenían hasta los huevos tanta cuerda de papanatas.

Draco llego a la orilla del lago, quería mojarse los pies pero empeoraría su dolor de cabeza, así que solo se sentó bajo la sombra de un árbol.- estúpido y sensual Potter-. Dijo una vez que se sentaba en el césped, recostándose al tronco del árbol y se cruzaba de brazos.

-¿Qué dijiste?- pregunto una voz sobre su cabeza.

-que estoy hasta los huevos de Potter, bueno no es de Potter, es de los malditos pretendientes en especial la zorra de Astoria-.

-¿y por qué te molesta que tenga pretendientes?-. Pregunto la voz.

-PORQUE ESTOY ENAMORADO DE ÉL ¡MALDITA SEA!-. Draco se dio cuenta de que había gritado, y que la voz que escuchaba no era su conciencia, si no que literalmente estaba hablando con alguien que estaba sobre el árbol en el que estaba recostado. Subió lentamente su mirada topándose con a nada más y nada menos que Harry Potter, un sonrojado y sorprendido Harry Potter.- mierda estoy jodido-. Pensó el rubio-. Potter olvida lo que dije, así no era como quería decírtelo -. El rubio como buen slytherin que era escapo estratégicamente, no que estuviera huyendo, no.

¿Qué es el Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora