Amor prohibido?

Cambios

Era un día normal en la vida de las hermanas  Cárdenas quienes hacían sus tiktoks y discutían a la vez por quien lo hacía mejor o quien conseguía más likes, nada fuera de lo común hasta que su mommy (Ágatha Cardenas) apareció por la entrada con una sonrisa de oreja a oreja.
-¡MOMMYYY! ¿Y esa carita?- la miro con cara coqueta su hija mayor.
-¡Chiquillas no saben naaa! Estoy más contenta- suspiro con alegría y abrazo a sus dos piedritas.
-¡Pero cuenta po mommy!- reclamó la esme, ella siempre era muy apurona entonces no se demoró nada en reclamarle a su mamá la demora.
-A ver mis piedritas siéntese, lo qué pasa es que ustedes saben que yo he estado saliendo con el checho, digo Sergio...-
-¿Yaaaa yyyy?- dijo la Rubí con mala cara, ya que no cachaba mucho al Sergio pero con lo que sabía le bastaba para pensar que era un viejo latero.
-¡Me voy a casar con el!- soltó con una alegría y una angustia inexplicable a la vez porque ella sabía que todo había sido muy rápido pero ella no estaba en edad para andar perdiendo el tiempo.
-¿¡QUEEEE!???- Gritaron las hermana al mismo tiempo.
La esme intentó calmarse y tranquilizar a su hermana que estaba que se le salía humo por las orejas, ella sabía perfectamente que su hermana no soportaba al sergi pero también debía aprender a dejar a la mommy ser feliz.
-Mommy a pesar de que sea todo muy reciente te apoyamos- dijo con una sonrisa en la cara característica de la esme.
-Gracias mis piedritas, mañana vendrán el y sus hijas a comer para que nos conozcamos así que les pido que sean respetuosas bueno?-
-Si mommy si tú sabi cómo somos, tranquila que va a estar todo bien- dijo Rubí desganada por aquella noticia que tanta rabia le daba.

Rubí no era mala, pero no sabía porque le provocaba tanto enojo el hecho de que su mommy se casara con ese señor, le parecía un latero y amargado, las veces que lo había visto se la pasaba hablando de la biblia y todas esas cosas que le interesaban menos que su vecino Miguel el cual estaba más que enamorado, obsesionado con Rubí.

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Y había llegado el día en donde por fin las Cárdenas conocerían a las niñas Correa.

Rubí se estaba arreglando casual pero muy bonita como siempre y la esme extravagante dejando siempre su esencia en todo, Ágatha estaba vestida elegante ya que era un día muy especial para ella.

El momento había llegado sonó el timbre y sin pensarlo dos veces Rubí fue a abrir, estaba tranquila pero a la vez desearía no estar presente ese día, al fin y al cabo terminaba repitiéndose "lo hago por mi mommy", suspiro y abrió la puerta, lo primero que sus ojos lograron divisar fue a un hombre alto, canoso y vestido con una camisa de cuadros, un pantalón muy bien planchado y unos zapatos que estaban más que relucientes, luego vio a una niña de no más de 12 años llevaba dos trenzas, era bajita pero muy tierna. Los dejo pasar pero cuando estaban entrando vio a una chica y supuso que era su otra hija , estaba media escondida, pensó que era porque le daba vergüenza, la vio, y sus miradas se conectaron, se conectaron a tal punto de hacer que Rubí sintiera escalofríos, que sintiera una sensación tan diferente pero tan bonita a la vez, se sentía tan extraña que llegó a perder la noción del tiempo y se perdió en su mirada quién sabe cuánto tiempo, hasta que su hermana la sacó de su trance.
-¡SERGII holaaa!- saludó efusivamente su hermana.
-hola señorita esmeralda- saludó respetuosamente Sergio.
-Hay sergi si ya me conocí dime esme no ma si ya estamos en confi o no?- sonriendo
-¿Y ustedes? ¿Deben ser la Jose y la maqui o no?-
-Si- respondió la menor de las correa -yo soy la Josefa- extendiendo su mano.
-Y yo Macarena- dijo la chica de rulos.
Al escuchar eso Rubí sintió que su voz era tan bonita, no había escuchado voz más bonita que la de Macarena, era suave, dulce, y a pesar de que dijo 3 simples palabras sentía como si fuera música para sus oídos, música que deseaba no dejar de escuchar jamás.