Lea
-¿Vamos a la cafetería de siempre?- preguntó mi mejor amigo.
-Ajá- asentí desde el asiento de atrás.
La cafetería se llama Dulce Paladar y es sin duda una de las mejores cafeterías que hay. Venden un café que es muy dulce pero no te llega a empalagar y unos postres jodidamente deliciosos. Lo mejor es que esta cafetería queda a una cuadra del hospital y el hospital queda a media hora de mi casa, obviamente en auto.
Trevor estacionó el auto frente a la cafetería y enseguida bajamos. Santiago pasó su mano por encima de los hombros de mi mejor amigo y Trevor lo abrazó por la cintura.
-Gracias por abandonarme- protesté simulando estar llorando.
-Si tuvieras novio no te sentirías sola- respondió Santiago.
-No necesito un novio, pequeño gorila metiche- dije regañándolo como si fuese una abuelita y él un niño pequeño.
-Ya deja de decirme así- resopló rodando los ojos.
-Jamás- dije para luego darle un pequeño beso en la mejilla y después adentrarme a la cafetería. Enseguida entré y al momento de oler el delicioso olor a café que había, inmediatamente mi cuerpo se relajó.
Saqué mi celular de mi mochila y me fije la hora, 08:30. Entro 09:30 por lo cual tengo tiempo. Elegí una mesa y luego llegaron Trevor y Santiago, se sentaron frente a mí y agarraron el menú.
Guardé mi celular en la mochila y agarré el menú, me puse a ver las distintas opciones que había.
-¿De qué quieres el batido?-
-Al final no quiero un batido, quiero un café y un pastel- dije sin levantar la vista del menú.
-Bien-
-¿Ya saben qué van a querer?- preguntó una chica a nuestro lado, luego de unos minutos.
-Yo solo quiero un té- dijo Trevor con una pequeña mueca.
-Yo voy a querer un café con leche y una rebanada de pastel, el de limón por favor- pidió Santiago amablemente.
-¿Y tú?- me preguntó la chica mientras me reglaba una agradable y reluciente sonrisa.
-Yo quiero el café que siempre hacen y una rebanada de pastel, el de tres leches con sabor a café- pedí dándole una pequeña sonrisa.
-Enseguida les traigo sus ordenes-
-¿En serio solo vas a tomar un té?- le pregunté sorprendida a Trevor- Eres el que más come de nosotros tres-
-Me siento un poco mal, no tengo apetito- dijo con una pequeña mueca.
-¿Estas bien?- pregunté preocupada con el ceño fruncido.
-Sí peque, no te preocupes- aseguró dándome un intento de sonrisa.
-Bien- dije no muy convencida- Sabes que si te sientes mal, puedes avisarle al jefe y quizás te de unos días libres-
-Estuve una semana fuera, no quiero faltar al trabajo-
-Estuviste fuera porque estabas de licencia, era tu semana libre. Quizás comiste algo que te cayó mal- dije encogiéndome de hombros.
-Quizás- dijo sin mucho animo.
-Aquí esta lo que ordenaron- llegó la misma chica que nos atendió junto a otra muchacha.
-Gracias- dije cuando me habían entregado mi bandeja.
-De nada, que disfruten- dijo amable. Nosotros asentimos con una pequeña sonrisa y ella junto a la otra chica se marcharon.
-¡Ésto está delicioso!- exclamé cuando probé mi café.
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Lea [SUSPENDIDA]
RomanceLea es una doctora de veinticuatro años. Es una chica que no cree en el amor ya que siempre tuvo malas experiencias en todas sus relaciones, pero hubo una que la marcó profundamente. Los D'Angelo al verla supieron que ella sería su mujer. Están disp...