༺𝐏𝐑𝐎́𝐋𝐎𝐆𝐎༻

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Nuestra historia debe empezar, tristemente, con un sillón vacío. Si no estuviera vacío, no tendríamos historia, pero lo está, y la tenemos. Y es hora de relatarla.

Esta es la historia de la familia Brown, aquella familia con siete hijos, todos muy inteligentes, pero también, muy, muy malcriados.

La nana Whetstone, una de las nanas más duras, estrictas, y temerarias de todo el país, era la décimo séptima que el señor Brown contrataba para cuidar a sus hijos.

Esa mañana, el señor Brown salió de su trabajo en la agencia funeraria, confiado en que no había nada que sus hijos pudieran hacer para desquiciar a su nueva nana.

Como siempre, el señor Brown estaba equivocado.

Esa mañana, la pobre mujer entró bruscamente a la oficina del señor Brown, con una gran expresión de horror en su rostro.

"¡SE HAN COMIDO A LA BEBÉ!"

Fue lo último que gritó, antes de presentar su renuncia.

El señor Brown, desconcertado y confundido, fue corriendo directamente hacía su casa, el coraje se apoderaba de el conforme corría. Esta vez, sus hijos lo iban a escuchar.

Entró a su casa y subió las escaleras, donde podía escuchar susurros provenientes de la cocina.

"Shh, ahí viene..."

Abrió lentamente la puerta y lo primero que vió fue a su hijo simon, comiendo tranquilamente un muslo de...¿pollo?

Entró a la habitación y pudo ver como sus demás hijos comían diferentes piezas de lo mismo, todos con una pícara sonrisa en sus rostros.

Depronto se percató de que todas las piezas de pollo estaban vestidas con prendas de bebé.

— Niños, ¿d-donde esta Aggie? —preguntó por su hija menor.

Los niños no dieron respuesta, solo se limitaron a mirarse entre si, conteniendo la risa.

Depronto, se pudo escuchar lo que parecía ser el sonido de un cascabel, proveniente de una de las caserolas.

El señor Brown se acercó a la mesa y retiró la tapa de una de las ollas. En su interior, se encontraba Aggie, una tierna bebe rubia de ojos azules con un cascabel en su mano, recostada en la ensalada.

— Aquí estas, mi Aggie... —dijo el señor Brown, tomandola en sus brazos —Toda cubierta de hiervas y salsa...

Los niños soltaron algunas risitas.

—La nana Wetstone renunció, como seguramente era su intención, pero no van a salirse con la suya, iré a la agencia y contrataré una nueva nana, y no van a hecharla como lo hicieron con la nana wetstone y sus predecesoras, ¡¿oyeron?!

El señor Brown dejó a Aggie en manos de uno de sus hijos y salió de la cocina.

En cuanto se fue, simon y sus hermanos ríeron victoriosos, observando la tabla donde marcaban la partida de cada niñera.

—Tres días, ocho horas y 47 minutos, eso nos tardamos en deshacernos de ella-anunció Simon victorioso.—23 horas y 30 minutos antes que con la última nana. Lo que la asustó fue comernos a la bebé, bien hecho erick— felicitó a su hermano menor, quien había tenido la idea.

Los hermanos estaban felices, habían logrado aullentar a otra nana, todos reían juntos mientras observaban su victoria, marcada en el tablero.

...

↬❝𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐀𝐆𝐈𝐂 𝐎𝐅 𝐋𝐎𝐕𝐄❞ | 𝗦𝗶𝗺𝗼𝗻 𝗕𝗿𝗼𝘄𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora