Rendida, libero mis piernas y me recuesto sobre el suelo, el llanto de toda la tarde me ha dejado exhausta. Mis ojos hinchados me piden cerrarlos por varias horas, pienso que tal vez debería ir a dormir.
—Eris...
Papá entra a mi habitación sin tocar la puerta, había tenido bastante paciencia las nueve veces que toco a lo largo del día.
—Eris, levántate del suelo.
Siento como sus brazos pasan por debajo de mis piernas y cintura, y comienzan a elevarme. No tengo ánimos de hablar con papá pero tal vez me haga bien.
—No quiero ir, papá... —Mi voz no tarda en romperse de nuevo—. Por favor...
Tal vez parezca una niña pequeña que esté haciendo berrinche, pero ya no me importa. No me queda otra opción más que llorar.
— ¿Por qué no? Lo has hecho todos los años.
Una vez que papá me deposita en la cama se sienta al lado mío. Él más que nadie sabe la razón del por qué no quiero ir, pero también sé que no puede hacer nada al respecto.
—Todos los años voy en contra de mi voluntad —confieso—, pero esta vez ya no puedo. No quiero ir.
—Vamos pequeña, todo estará bien. —Toma mi mano con delicadeza en señal de apoyo—. Sólo serán seis meses más.
Ya no tengo fuerzas para que el llanto se haga presente nuevamente, por lo que mis lágrimas salen de mis ojos sin ningún esfuerzo.
—Antes podía obligarme a ir, pero esta vez no puedo sabiendo que la reina me obligará a casarme.
Papá suspira. Esto le agobia igual o más que a mí.
—Sabes que eso es lo mejor para Gliethel...
Tiene razón. La reina haría lo que fuese con tal de que las guerras en Gliethel terminasen, sin pensar lo que su hija realmente desea.
—Pero no me quiero casar. No aún. —Abrazo a papá con fuerza—. No a mis diecisiete años.
—Leda se casó a los quince.
—Pero Leda tiene más obligación que yo. Ella es Glietheliana por completo.
No hay forma de que papá me termine de convencer, ni siquiera sé porque hablo de esto con él, si está en la misma red sin escapatoria de su hija.
—Ahora sólo irás para arreglar la fiesta de compromiso. No te casarás hasta el próximo año. —Es él quien rompe nuestro abrazo—. Además, siempre que vuelvas podrás salir con todos los chicos que quieras. Aquí siempre tendrás esa libertad.
Nuevamente tiene razón. Pero la idea de que en un futuro la reina me obligue a tener hijos hace que se me parta el corazón nuevamente, ella sí que es cruel.
No soy una chica que suele salir con varios hombres, a lo largo de mi vida sólo he tenido un novio, pero la idea de tener la libertad de elegir con quien y cuando quiero estar me traía tranquilidad, ahora mi madre me está atando a alguien que no conozco por el resto de mi vida.
—Debes cenar algo, no has comido en todo el día.
Sobre mi buro descansa una bandeja con comida que seguro papá trajo cuando entro.
No tengo hambre, pero creo que será bueno que coma algo, no comeré comida de la Tierra en un largo tiempo y vaya que la extrañaré.
—Empaca tus cosas, vendré en algunas horas, cuando estés lista.
Una vez que papá sale de mi habitación, termino mi cena para comenzar a empacar.
Saco los libros del colegio de mi mochila rosada y comienzo a introducir en ella todo lo que llevaré. Un sólo cambio de ropa limpia, productos de higiene que seguro no hay en Gliethel, libros, la pequeña bolsa con hierba que compré en la semana y mi celular junto con mis auriculares y el cargador.
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Gliethel
FantasyRomance / Fantasía Gliethel, un planeta ubicado a miles de años luz, lejos del ojo humano. Es considerado el planeta con mas avance científico de todo el universo, con un excelente cuidado ambiental equilibrado con la tecnología tanto comercial como...