|Capítulo 3|

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°ANTES DE LEER ÉSTE CAPÍTULO ES NECESARIO LEER LA NOTA LUEGO DEL CAPÍTULO 40, POR FAVOR!°

Lea

-Llegamos- dijo Trevor estacionando el auto.

-¡Al fin!- exclamé.

Bajé del auto y fui hacia la puerta del lado de Lila, la ayudé a bajar y agarré la caja que ella tenía en manos.

-Chicos- dije llamando la atención de estos, ambos me miraron- ¿Pueden llevarla a mi consultorio?, le quiero hacer el chequeo ahí.

-Esta bien- dijeron al mismo tiempo, asintiendo.

-Gracias- dije con un asentimiento, ellos respondieron de la misma manera, asintiendo.

Nos adentramos al hospital y enseguida el olor a alcohol sentí como perforó mi nariz.

Nunca me voy a acostumbrar a ese fuerte olor.

Mientras ellos se dirigían, junto a Lila, a mi consultorio, yo me acerqué  a Emma.

-Hola, preciosa- dije en su oído, provocando que se sobresalte y casi tire el café.

Yo solté una fuerte carcajada.

-¿Estas loca?, casi tiro mi café- dijo con una mano en su pecho, respirando aceleradamente.

-Lo siento- hablé cuando había controlado mi risa.

-Tranquila- dijo con una sonrisa- ¿Trevor?- preguntó.

-¿Sabías qué ya había llegado de su viaje?- pregunté con el ceño fruncido.

-Sí, me pidió que no te dijera nada, quería darte una sorpresa- dijo con una pequeña mueca- Perdón por ocultarlo.

-No pasa nada, tranquila. Respondiendo a tu pregunta anterior, Trevor y Santiago están en mi consultorio. Encontré a una chica de unos 18 años en la calle, le ofrecí ayudarla y hacerle un chequeo- dije aceptando un trago de su café.

-¿En qué condiciones estaba?-

-Tenía dos semanas en la calle, pero no se veía tan mal. Creo que tiene un poco de fiebre y esta un poco deshidratada-

-¿Y dónde va a vivir o qué?- preguntó con el ceño fruncido.

-Aún no sé. Si es menor de edad, es obvio que le hablaré a la policía, y si es mayor de edad, pienso pagarle un departamento hasta que ella encuentre trabajo- dije encogiéndome de hombros.

-Eres una gran persona, Lea- dijo sonriendo.

-Mi deber es ayudar a la gente, Emma. Si tengo dinero y puedo ayudar a alguien, no voy a dudar en hacerlo-

Terminamos de hablar y me dirigí al pequeño cuarto de doctores. Es un lugar que usamos para descansar, para reunirnos y donde guardamos nuestras batas blancas.

Fui a mi casillero y guardé mi mochila junto a la caja de Lila, agarré mi bata blanca y lo volví a cerrar. Me coloqué el uniforme y luego salí de esa pequeña habitación.

-Lea- dijo una agitada Emma, corriendo hacia mí.

-¿Qué pasa?- pregunté preocupada.

-Necesito tu ayuda-

-Dime-

-En la sala de emergencia hay una mujer y seis hombres. La paciente tiene un corte en la pierna y dice que quiere un médico experimentado, para que le haga la cirugía- dijo rodando los ojos.

-Tranquila, iré yo- dije con una pequeña sonrisa, sorprendiéndola.

-¿En serio?-

-Claro, pero ve a mi consultorio y hazle el chequeo a Lila, Trevor y Santiago se encuentran con ella.

Lea [SUSPENDIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora