capitulo 1

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 Naruto, un niño de doce años, caminaba por las polvorientas calles de una aldea pequeña. Vestía harapos sucios y desgastados, apenas suficientes para protegerlo del frío. Sus ojos rojos con la pupila rasgada y colmillos prominentes le daban una apariencia demoníaca, lo que provocaba miedo y rechazo en los aldeanos. Además, sus marcas en forma de bigotes en las mejillas, más pronunciadas de lo que era en el pasado, lo hacían aún más temido.

La gente de la aldea lo miraba con desdén y desprecio. Para ellos, Naruto no era más que un ladrón y un demonio. Lo maltrataban y lo alejaban, temiendo que su presencia trajera desgracia. Naruto había aprendido a sobrevivir robando comida y pequeñas pertenencias de los aldeanos, una necesidad que había desarrollado desde muy joven.

A pesar de todo, Naruto siempre mostraba una sonrisa en su rostro. Pero detrás de esa sonrisa se escondía un profundo resentimiento. Soñaba con vengarse de aquellos que lo despreciaban, aunque, siendo solo un niño, no tenía ni la fuerza ni la voluntad para hacerlo realidad. Sin un sueño noble como el de convertirse en Hokage, su corazón se había endurecido.

Una tarde, mientras caminaba por el mercado, escuchó los susurros y comentarios de los aldeanos.

"Mira, ahí va el demonio", dijo una mujer mientras sujetaba con fuerza la mano de su hijo pequeño.

"¿Por qué no se va de aquí? Solo trae problemas", añadió un hombre mayor, frunciendo el ceño.

Naruto siguió caminando, ignorando los comentarios, aunque cada palabra le dolía. Se detuvo frente a un puesto de frutas, su estómago rugía de hambre. Con movimientos rápidos y hábiles, robó una manzana y la escondió en su bolsa. Nadie lo notó, o quizás, simplemente no les importaba.

Mientras mordía la manzana, se sentó en un rincón oscuro de la aldea, observando a la gente pasar. Sus ojos rojos brillaban con una mezcla de tristeza y furia.

"Algún día... me vengaré", murmuró para sí mismo. Pero en el fondo, sabía que esas palabras eran solo un escape temporal a su dolor. No tenía un plan, no tenía un propósito. Era solo un niño tratando de encontrar su lugar en un mundo que lo rechazaba.

El sol comenzaba a ocultarse, y Naruto se preparaba para otra noche solitaria. Aunque sonreía, el peso de la soledad y el desprecio lo acompañaba siempre. Sin un sueño que lo guiara, su corazón seguía buscando una razón para seguir adelante.

La noche había caído sobre la aldea, envolviéndola en una oscuridad silenciosa. Naruto, con su estómago vacío y su corazón lleno de resentimiento, deambulaba por las calles, buscando una casa que pudiera saquear. Sabía que la oscuridad era su aliada; los aldeanos dormían, y él podría entrar y salir sin ser visto.

Mientras caminaba sigilosamente, escuchó unos gritos desgarradores provenientes de una casa cercana. Intrigado, se acercó y se asomó por una ventana. Dentro, vio una escena espeluznante: un demonio estaba atacando a dos adultos, y la sangre se esparcía por todas partes.

Naruto esbozó una sonrisa torcida. "Con el caos que está causando ese demonio, nadie notará si tomo algunas cosas", pensó. Decidido, se coló por una puerta trasera y comenzó a buscar objetos de valor.

Mientras registraba la casa, se encontró con dos niñas pequeñas abrazadas en un rincón. Una de ellas tenía la misma edad que él, y la otra parecía unos dos años menor. Sus ojos estaban llenos de terror. Naruto las observó por un momento, pero luego decidió ignorarlas y continuar con su saqueo.

Salió de la habitación y comenzó a recoger lo que podía encontrar: joyas, monedas, cualquier cosa que pudiera vender o intercambiar por comida. Justo cuando estaba a punto de salir, volvió a pasar por la habitación donde estaban las niñas.

Un Demonio Diferente (naruto x kimetsu no yaiba) (harem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora