En el año 1998 presencié un pequeño milagro.
Y allí extasiada como estaba, cuando lo pensé más detenidamente, empecé hallarlos en todas partes.Hay de estos casi todos los días.
Que los cuerpos aún anden incluso cuando están agotados.
Que la distancia se acorte cuando nos miramos.
Que los recuerdos, ya enterrados, florezcan en pleno invierno.
Y que alguien ame y sea amado de vuelta...Aquel día encontré un cambio en el aire. Era un viaje de la ciudad al campo.
Del ajetreo, el ruido; a la serenidad y al silencio. Del agobio constante a la soledad innata.Uno siempre vuelve a los árboles cuando se siente perdido.
Y el milagro era yo misma. Yo era la respuesta y el camino de vuelta a casa.
Solo debía escucharme.
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Life Goes On
Short StoryPequeños eventos que rozan el alma, despedidas que dejan amargura en las almohadas, sueños que se desvanecen por el miedo. Agárrate fuerte. Esta es la vida cotidiana.