Favores - Twilight x Mordecai

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Las universidades suelen estar siempre llenas de una variedad tan diversa de personas, que si prestas atención, te darías cuenta de lo raro que son todos y cada uno de los estudiantes. Todos ellos centrado en lo suyo, leyendo, caminando, yendo a clases, escribiendo. No se podría decir que el establecimiento era un lugar silencioso, pero hoy se encontraba extrañamente tranquilo. Los pasillos se sentían cálidos, a pesar de ser invierno. Se podría decir que aparentaba ser un buen día. Agradable, como para concentrarse totalmente en cada palabra de aquel caprichoso libro extra que cargaba Twilight. No era como que fuera necesario para las clases que estaba tomando, al contrario, estaba muy por fuera del programa. Era para un estudio de un estudio de una tesis escrita en esa misma universidad, para comprobar la calidad de la efectividad del experimento del que se hablaba en la revista de la institución.

Hablaba sobre la magia y sus efectos secundarios en los usuarios de esta. Por supuesto que a ella le llamaba la atención, si era algo que usaba diariamente, como si fuera indispensable en su vida. Bajaba las escaleras comiendo una manzana, mientras leía la revista con sus manos, esforzándose por no usar magia para dar vuelta la página. Casi podría decirse que era una obsesión.
Divisaba el parque frente a su universidad, llena de compañeros suyos, probablemente al borde de una ataque psicótico. Algo fácil de asumir, tomando en cuenta que eran estudiantes universitarios. Applejack estaba sentada en el pasto, junto con otras personas con nombres que Twilight parecía no recordar del todo, pero que aún así saludaba con alegría y vigor.

Saludó a Applejack y le mostró lo que leía, ella simplemente carcajeó diciendo que tal vez debería dejar de preocuparse de algo que era natural en los humanos hace tantos años.

—Si naciste con esta especialidad, ¿por qué la madre naturaleza te entregaría un don con defectos en él? No somos perfectos Twilight, pero te aseguro de que no hay nada malo en ti. Seguro tú tampoco has notado nada malo.

Applejack la veía un poco expectante, pues esperaba que sus palabras la confortan un poco y se calmara con esas manía suya de comerse las uñas siempre que se hablaba de los efectos colaterales
del uso de la magia. Twilight suavizó su rostro, comprendía la preocupación de su amiga hacia ella. Le comentó que simplemente le había dado curiosidad, pero intentaría no preocuparse más de la cuenta. Applejack se vio un poco más aliviada y al ojear un poco la revista, le señaló que el escritor se refería más a los usuarios que no nacieron como seres mágicos, así como Twilight. Ella se sorprendió al darse cuenta de que no lo había leído. Le agradeció por su observación y continuaron hablando con los demás.

De tanto en tanto, aparecía un chico entregando cosas. Siempre las entregaba a una persona diferente y todos actuaban familiarmente con él. Lo que le llamó la atención a Twilight no fue esto, sino más bien, el hecho de que siempre tuviera algo que darle a los demás. Se le hizo curioso, pero simplemente asumió que sería algún tipo de delivery de algún tienda cercana. Decidió ignorarlo, como hacía con las pequeñas cosas nuevas que encontraba mientras hablaba con otras personas.

Como era la hora de almorzar, compró su almuerzo en una cafetería de por ahí. Le encantaba esa cafetería, porque la comida simplemente sabía demasiado bien. Volvió con su pequeño grupo para comer y luego entrar a clases.

De nuevo pasaba ese chico de lado a lado, le costaba un poco concentrarse con él moviéndose de lado a lado, lo que era raro, ya que ella era Twilight Sparkle, una genio. Se supone que debería ser capaz de concentrarse en comer su propio almuerzo, pero es que ese cabello azul y de puntas era demasiado llamativo como para ignorarlo. Observaba sigilosamente cada cosa que él entregaba, cada un diferente. Algunas dudaba que fueran comida. Pero su observación no duró mucho, porque aquel chico de cabello azul en puntas llegó hasta su grupo para entregar una especie de bola envuelta en aluminio, se veía hasta pesada.