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Manjiro/Mikey:
Aquel pulsante y estresante sonido del timbre, solo me hacia querer matar a quien sea que estuviera haciendo eso. La noche de ayer, no había sido muy favorable, causando casi mi muerte con ello.
Mi cama estaba totalmente cómoda, amaba el sentir de las cobijas y sabanas alrededor de mi cuerpo completamente desnudo. El tacto de estas, eran suaves, ligeras, calientes y precisamente cómodas a mi gusto. Un cálido y dulce abrazo, pero el sonido seguía como un martillo intentando perforar mi Cerebro.
Me levante con mucha pereza, no quería salir de mi adorable cama a seguramente atender a alguien que era insignificante. Mis pasos eran muy fuertes, como para que no escucharan que ya iba abrir la maldita puerta. Mis manos ponían mi bata color vino, no iba a ir a ver a un desconocido desnudo.
—¡He dicho que ya voy! —Resongue de manera molesta, y como no estarlo después de levantarme.
Al abrir la puerta, encontré perfectamente a un hombre alto de cabello negro sujetado por una coleta y un dragón en la sien. Joder, era el, como no reconocerlo.
Sonríe placido cuando lo mire después de lo ayer. Aun que, mi sonrisa se había desvanecido cuando mire un pequeño ser que tenía en manos. Sus cabellos rubios opacos que le llegaban a los hombros y una coleta a media, ¿No era el peinado que yo usaba de Joven?.
—Tenemos que hablar.—
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—¡¡¿QUÉ?!!!— Grite a todo pulmón, eso no era cierto, yo no podía hacer eso, no. ¡Me niego a eso!
Mis ojos estaban intentando mirar algo que tenga que ver con la respuesta, no había nada y el llanto de ese cachorro me estaba volviendo loco.
