VI

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A veces, cuando cierra los ojos, puede verse a sí mismo, arrodillado y encorvado de una forma en la que pretendía protegerse

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A veces, cuando cierra los ojos, puede verse a sí mismo, arrodillado y encorvado de una forma en la que pretendía protegerse.

Cuando toca la cicatriz en su cuello, puede escuchar lo que estaba escuchando cuando se estaba aferrando a su propia vida a pesar de que el peligro, en términos básicos, ya había pasado.

Cuando relamía sus labios, podía oírse a sí mismo repitiendo las únicas palabras que llevaba diciendo desde que era un niño.

Pero ahora, revivía todos esos recuerdos al ver el sarcófago de su padre, el mundo real estaba mudo, nada de lo que decía estaba llegando a sus oídos, nada de lo que recitaba estaba quedándose en su mente.

Solo estaba ahí, viéndose a sí mismo, preguntándose a sí mismo y suspirando.

—Hace mucho tiempo, mi padre me dijo lo siguiente:

Las pesadillas se hicieron constantes, a tal punto que evitó dormir y se refugió en su labor. Trataba de no verse en el espejo, y cuando lo hacía, siempre se miraba por el rabillo de su ojo, tratando de no ver su rostro. Porque si lo hacía, veía a su padre.

— 《En la grandeza de tu honor, a tu padre venerarás 》.

Cerrar los ojos, no era verse solo a sí mismo en su momento más frágil.

— 《y en la riqueza de tu sabiduría, su reino heredarás》.

Tocar su cicatriz, no era solo escuchar sus palabras. También era escuchar más heridas.

—Mi padre, un hombre honrado y dedicado a su pueblo. Hoy, deja este mundo para vivir en el corazón del reino.

Relamer sus labios, no sólo era recordar las mismas palabras que repetía una y otra vez desde su niñez.

Alzó la mirada a los presentes, pensando en qué tal vez, la mayoría sabrá que él no es una mala persona, que no es tan inútil como lo recuerdan.

Pero también, sabe que su vida siempre será un secreto de estado. A nadie le gustará saber la verdad, porque ellos sabían la verdad.

Todos saben que para él, no evita la mirada de los espejos porque no le gusta su apariencia. Las miradas acusatorias saben que no duerme porque sus pesadillas sean el problema, los murmullos siempre afirmarán que estaba desesperado por este momento.

—Descanse en paz, su Majestad.

Relamer sus labios, es para no hablar, tocar su cicatriz es para no olvidar. Y no ver, sabe que lo hace porque no podrá perdonar.

Majesty || soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora