𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 1

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Permanezco manejando con precaución hacia mi departamento, conduzco tranquilamente por las calles tarareando las canciones que suenan en la radio, algo se atraviesa en mi punto de vista, trato de esquivarlo girando un poco el volante cuando siento...

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Permanezco manejando con precaución hacia mi departamento, conduzco tranquilamente por las calles tarareando las canciones que suenan en la radio, algo se atraviesa en mi punto de vista, trato de esquivarlo girando un poco el volante cuando siento un golpe seco y freno rápidamente. La desesperación llena completamente mi sistema y mis manos comienzan a temblar.

-Mierda, mierda, mierda-susurro y salgo del carro apresurada para ver que acaba de suceder, mis sentidos están paralizados y mi respiración ha aumentado su velocidad por la incertidumbre de esta situación, me sorprendo y horrorizo a la vez al ver una persona tirada frente a mi auto-. Oh no, no no no - Me arrodillo a ver al chico y muevo un poco su hombro pero no responde-.

Lo maté, mierda, lo maté.

-Chico, despierta, no te mueras-.

 No quiero pasar mi vida en una cárcel.

Sus ojos se abren a la vez que su ceño se frunce, me dedica una mirada tan helada que me levanto y retrocedo.

- Joder- se queja enfurruñado-¿Cómo demonios te dieron esa puta licencia- se sienta con cuidado aún en el suelo y frota sus sienes-.

- Hey, en verdad lo siento- murmuro con culpabilidad agachándome nuevamente hasta su altura-.

Se levanta aún aturdido por el golpe, ayudándose con el capó del auto.

- Demonios, mi cabeza- me acerco con precaución y examino su rostro. No tiene ninguna herida pero estoy segura de que el golpe debió ser fuerte-.

- ¿Hay algo que pueda hacer por ti?- pregunté con voz baja mientras jugueteaba con mis dedos, su mirada me estaba intimidando demasiado-¿Deseas que te lleve al hospital?-.

- No- musitó con decisión-.

- Deben revisarte, además pueden darte algo para el dolor-.  

- Ya te dije que no- bien, entendía que estaba molesto, pero no era razón para que fuera tan borde. Quería ser amable y enmendar mi error-.

Y a pesar de todo, seguía ahí parloteando, aún sabiendo que ya no había caso, debía irme.

- Bien- respondí de la misma forma y me alejé de él-. Te dejaré mi número por si necesitas cualquier cosa-.

Con prisa busqué un papel y un lápiz, y escribí mi número para luego tenderle la mano al chico, entregándole el papel.

Se separó del capó de mi vehículo y levantó su mirada hacia mí, sus ojos parecieron perder poco a poco la dureza que tenían, y de pronto pareció incluso amable.

- Tal vez si hay algo que puedas hacer por mí- musitó mientras limpiaba sus pantalones con las palmas de sus manos-. 

Lo observé de sopetón y esperé por lo que diría.

- Acéptame un café.

No sabía si había escuchado mal o si en verdad él estaba pidiéndome eso. Si así fuera me parecía descabellado e incluso ilógico. 

𝑵𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 𝒑𝒓𝒐́𝒙𝒊𝒎𝒐 𝒆𝒏𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒓𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora