Ahí estábamos todos de nuevo, cabizbajos mirando a la nada, teniendo la cabeza en otro lugar.
Aithor y Carlos dijeron que uno de los dos muertos era Héctor. Se lo habían encontrado en su casa ahorcado; todo apuntaba a que fue un suicidio ya que había una pequeña carta en la cual se disculpaba por todo el daño causado.
-(Aithor con la voz quebrada) Él era un buen amigo, no merecía morir.
-(Lucía contradiciendo) ¡Nos metió en esto!
-(Carlos) Joder, pero nunca quiso llegar a esto, simplemente no le apetecía jugar.
-(Ángel) Era un gilipollas.
-(Aithor) Cállate, te recuerdo que la que nos ofreció jugar a esto fue...
-(Ángel sin dejarle terminar) Menciona a mi madre y te juro que te abro en canal.
-(Denis) ¡Calma, hostia! Ángel, Héctor para ellos era importante así que merece el mismo respeto que tu madre.
-(Micaela) ¿Y qué ponía en la carta?
-(Carlos) A ver, en la carta ponía...
Carlos sacó la carta del bolsillo izquierdo de sus pantalones tejanos oscuros, la desarrugó y se puso a leer.
«Quizás creáis que esto no me afecta, que lo hice intencionalmente. Pero la realidad fuera de los pensamientos ajenos es que yo jamás quise que muriese alguien por mi culpa. Puedo oír las voces de aquellos que sufren. Susurrándome, afirman que soy el responsable de lo ocurrido. No aguanto más, así que antes de que otra persona lo haga por mí, prefiero adelantarme y ser yo mismo el que me quite la vida. No quise este final pero así es la vida. Vida, la que no podré volver a vivir.»
-(Ángel) No me creo nada de lo que pone.
-(Aithor a Ángel) Hermano, yo no quiero problemas pero te los estás buscando.
-(Ángel a Aithor) Repítelo.
-(Diego) Ya lo repito yo, ¡las tonterías fuera de aquí!
-(Esther) Exacto, este sitio es para investigar e intentar pasar un rato agradable antes de que pase lo inevitable.
-(Micaela) Si llegas a sobrevivir lo suficiente, claro.
-(Cristofer) Vamos a dejar las chorradas para otro momento. ¡Mi hijo es el otro muerto!
-(Ángel restándole importancia) ¿Y qué?
-(Cristofer) ¡Pues que has sido tú, gilipollas!
-(Ángel) El único que pudo haber estado con tu hijo, eres tú.
-(Cristofer) ¿¡Me estás acusando de haber matado a mi propio hijo!?
-(Ángel) Yo en ningún momento he dicho eso.
-(Cristofer) Escuchadme todos atentamente. Ángel me culpó de la muerte de su madre, que también era mi esposa. Estaba furioso y dijo que se vengaría de la persona que hubiese sido. No dejaba de acusarme sin pruebas, yo la quería.
-(Ángel interrumpiendo) ¡La querías muerta!
-(Cristofer) Cállate y déjame seguir.
Ahora viene y me acusa de algo imposible cuando es lógico que ha sido él. Me ha quitado lo único que me quedaba, lo único por lo que luchaba, lo único por lo que vivía. Y no, ya no tengo fuerzas ni para coger a Ángel del cuello como quise hacer en días pasados; ya no tengo ganas ni de zurrarle. Si esto es lo que quería, lo ha conseguido. A ver si con suerte acabo igual que Héctor, colgado en una mísera soga que me dé paso a volver con mi hijo. Muchas gracias, Ángel. Muchas gracias.
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Fieles Traidores
Mystery / Thriller¿Alguna vez habéis pensado cuánto vale una vida? ¿Acaso es moralmente correcto atribuir un valor a una persona? Sea como sea, todos tenemos personas especiales que para nosotros valen muchísimo y no las cambiaríamos por nada. Las cosas a veces puede...