𝑻𝒐𝒈𝒆𝒕𝒉𝒆𝒓 𝒇𝒐𝒓 𝒆𝒕𝒆𝒓𝒏𝒊𝒕𝒚

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Cuando finalmente abrió sus ojos, el dolor desapareció y ante él había un rostro que él conocía tan bien como el suyo. Los ojos dorados de su amante estaban llenos de tormento.

—¿Jungkook?

Las vides lo liberaron inmediatamente y se apresuró a abrazar a su amante. Fuertes brazos le rodearon mientras el hombre mayor dijo con la voz entrecorda su nombre.

—Taehyung. Mi precioso Taehyung.

Comenzó a llorar cuando los recuerdos de su antigua vida lo invadieron. Él apretó los ojos, cerrándolos.

—Jungkook, me quemaron. Me llamaron la puta del diablo y me quemaron. Me dolió tanto. Me dolió tanto.

Sus dedos aferraban la amplia espalda de Jungkook mientras se estremecía ante los terribles recuerdos de su dolorosa muerte.

Manos fuertes calmaron sus estremecimientos y lo estrecharon firmemente.

—Lo sé bebé, lo sé. Lo siento mucho. Pero estoy aquí, estoy aquí y voy a protegerte. Nadie nunca te lastimará de nuevo.

Se sostuvieron mutuamente cerca durante un largo momento hasta que Taehyung se retorció sobre el altar. Esperaba dolor, pero su trasero ya había sanado. Se sintió mareado. Sus ojos estaban nadando con colores que nunca había visto antes, sus oídos en sintonía con cada sonido. Sentía como si él pudiera oír incluso las lombrices de tierra cavando en la suciedad. Y él estaba más hambriento de lo que alguna vez había estado antes en su vida.

Taehyung sacudió la cabeza en confusión.

—Jungkook... Me siento extraño.

Intentó levantarse, pero sus piernas no parecían querer moverse derecho. Él tropezó y Jungkook lo atrapó.

Ojos dorados brillaron mirándolo antes de que el gran hombre lo alzara, sus brazos asegurados por debajo de su cintura y rodillas.

Jungkook le acarició el cuello con nostalgia.

—Cuidado jovencito, tomará algún tiempo acostumbrarte.

—¿Qué, qué tomará algún tiempo para acostumbrarme?

—Tú eres como yo ahora. Parte del hechizo que fue lanzado, consagrado por el derramamiento de sangre virgen en el antiguo altar, has sido transformado y nacido de nuevo como un inmortal.

Taehyung apenas podía entender las palabras que él pronunciaba, tan fuerte era ahora su hambre y sed, dominando todos los demás pensamientos. Nada más importaba.

No podía hacer más que gemir necesitado.

—Hambre, Jungkook. ¡Tengo Hambre!

Sentía como si hubiera un enorme nudo vacío en su estómago, un vacío rugiente, ansioso de ser llenado. El centro de sus hermosos ojos azules brillaba en rojo con la voraz sed de sangre de los recién hechos.

Jungkook sonrió y apretó la cabeza de su amante hacia su cuello.

—Bebe pequeño, bebe de mi sangre y sacia tu sed.

Las piernas de Taehyung rodearon su cintura y sus pequeños colmillos ávidamente se hundieron en la piel de la garganta de Jungkook. Él succionó glotonamente la sangre que brotaba de la yugular de su creador. Era el más delicioso néctar, dulce y calmante sobre su lengua, caliente y húmedo y llenando su boca y su estómago, apagando su sed. Que fuese la sangre de su amante demonio solo hizo que todo fuera mucho más dulce.

El calor llenó su cuerpo, haciendo que su cabeza diese vueltas con una embriagadora excitación mientras se alimentaba. Sus esbeltas caderas lentamente comenzaron a mecerse mientras presionaba su erección rápidamente endureciéndose contra el estómago de hierro del otro hombre.

𝗕𝗹𝗼𝗼𝗱 𝗠𝗼𝗼𝗻 ᵏᵛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora