1

2 0 0
                                    

Una media hora después, llegamos al restaurante y veo que todavía el amigo de Aurora no a llegado. No soporto a la gente pija que puede tardar más de mil años en arreglarse, y me parece que Rafa es uno de esos.

- Me voy fuera a fumar Aurora. Como espere más tiempo me va a reventar la cabeza -

- No Hugo. Relájate y trata de tranquilizarte aunque solo sea por una vez en tu vida, por favor -me dice y por una vez, intento hacerlo-

Pasan como 15 minutos y ya no aguanto más. Hago caso omiso a lo que me dice Aurora por quinta vez y me salgo a fumar un rato.
No se porque, pero cuando estoy nervioso y empiezo a fumar me relaja pero hay veces que sigo igual y no me hace nada.

Pero de verdad lo que más me relaja es tocar mi guitarra. Cuando estoy en mi cuarto y cierro la puerta, solo se escucha silencio, una guitarra y yo.
Es solo hay cuando de verdad soy yo mismo, y no el Hugo que esta hiperactivo todo el día y se pasa las horas fumando.

Me termino el cigarro, cuando sin ni siquiera intención, miro a la izquierda y veo a una chavala morena, de ojos azules bajando de un Mercedes blanco. Me quedo mirándola un buen rato.

Intento apartar la vista, pero no puedo porque lo que me lo impide son sus ojos. Por no hablar de lo guapa que es. Tendrá unos 20 años más o menos.

No tardo en tirar el cigarro para acercarme a ella, pero me detengo al ver que a su lado baja un tío moreno, con rizos y de ojos marrones que le agarra de la cintura. Supongo que será su novio, pero la verdad es que no tiene nada en comparación con ella.
Parece que tiene 30 años al lado de su novia y no es que este celoso por que este con una tia así, porque ni siquiera lo conozco.

Sin embargo si ella fuese mi novia, no podría despegarse de mi ni un minuto.

Veo que los dos van a entrar al restaurante, así que aprovecho para entrar yo también. Intento agarrar la puerta para que no se vaya, pero hay alguien que lo hace por mi.
Miro hacia arriba y veo que es exactamente, la morena de ojos azules que vi antes bajarse del coche y es la primera vez que le miro desde tan cerca. Creía que tenía los ojos azul oscuro, pero no. Los tiene de un azul claro pero a la vez intenso. Son como el color del agua del mar, exactamente iguales.

Me doy cuenta de que me esta mirando fijamente y me hace un escaneo de arriba a abajo. Yo hago lo mismo y siento que me da un escalofrío dentro de mi. Siento que ahora mismo es una situación un poco incómoda tanto para mi como para ella, por lo que decido darle las gracias y irme con Aurora a la mesa. Entonces veo como mi novia está abrazando a un tío que me parece que ya lo había visto antes, y mi mente reacciona al ver que era el mismo que estaba afuera con la morena. 

Llego a la mesa y mi novia me los presenta como si nada, y caigo que sería su amigo al que estábamos esperando. 

- Mira amor ya han llegado. Te presento a Rafa, este es mi mejor amigo. Rafa este es mi novio del que tanto te he hablado - 

- Soy Hugo, encantado -

-Yo soy Rafa, igualmente. Cada vez que nos veíamos Aurora y yo, no paraba de hablarme de ti y hoy por fin te he conocido- me dice, me estrecha la mano y yo le sonrío con una sonrisa un poco irónica.

- Y Hugo te presento a Eva, la novia de Rafa -así que se llama Eva. Pues creo que vamos a ser muy buenos amigos Eva-

- Soy Hugo -le digo con una sonrisa que no me cabe en la cara-

- Yo soy Eva -me dice y nos quedamos mirándonos el uno al otro hasta que nos dimos dos besos- 

Nos sentamos en la mesa y casualmente Eva se sienta enfrente de mí. Otro escalofrío recorre mi cuerpo, y me remuevo en la silla. Aurora a veces puede ser un poco (mucho) celosa, porque siempre que conozco a alguna chica dice que no me acerque mucho a ella, porque sabe lo que pretendo. En la cena espero que esté entretenida con su amigo, porque teniendo a Eva enfrente mía con esos ojos y ese vestido negro que lleva puesto, me parece que no voy a estar muy atento a mi novia. 

La cena transcurre de una manera muy lenta, ya que Aurora no para de hablarle a su amiguito sobre lo bien que se lo ha pasado estos dos últimos años. Mientras tanto, intento iniciar una conversación con Eva, pero no se me ocurre nada.

- ¿Quieres un poco más de vino? -le digo, por tal de escuchar su voz y hablar con ella-

- No gracias, no me gusta beber mucho alcohol - puedo notar como esta un poco avergonzada por su contestación-

- No te avergüences por no beber tanto alcohol, Eva. De hecho a mi hay veces que no me gusta beber tanto, pero hay otras que me lo permito -

Veo que es un poco tímida, y quiero decirle que no tiene nada que esconder conmigo pero eso ya sería pasarse un poco. 

- Y, ¿de donde eres? -le pregunto, porque aunque me haya hablado poco le he notado un acento como gallego- 

- De Galicia. Supongo que lo habrás notado un poco -se ríe y puedo ver como su sonrisa se intensifica. 

- Sisi, lo he notado -le digo y los dos nos empezamos a reír- Y dime Eva, ¿sales mucho de fiesta con tus amigos?, ¿Qué te gusta hacer? -puedo ver como se retuerce un poco en la silla por la primera pregunta, pero no se porque-

- La verdad es que.... hace mucho tiempo que no salgo de fiesta con nadie -de nuevo noto como le da un escalofrío- Y respecto a la segunda pregunta, pues no se... me gusta mucho leer libros, bailar... Pero lo que me encanta es la música. Siempre cuando estoy agobiada y quiero estar conmigo misma, esa es la única forma de desconectar por un momento de mi vida - 

- Pues Eva parece que tenemos algo en común, porque al parecer a los dos nos encanta la música -no le quiero presionar respecto a la primera pregunta, pero si nos vemos otro día se la voy a volver a preguntar. ¿Pero qué estoy diciendo? Claro que la voy a ver otro día-

La cena ya a terminado, y estoy ansioso por volver a darle dos besos a la morena. Vale, no lo voy a negar, huele muy bien o mejor dicho; huele demasiado bien. Así que nos levantamos los cuatro a la vez y empiezo primero despidiéndome de Rafa. No nos decimos nada más, solo hasta otro día y el se va directo a su ''cochecito'' negro. Al parecer es rico, pero no me importa. Llega el turno de despedirnos Eva y yo, y aun así puedo notar como esta nerviosa pero todavía sigo sin entender el porque. 

Nos damos dos besos y al acercarme a ella, le puedo oler muy bien el pelo. Mmm.... huele a coco y por un momento vuelvo a la realidad y me doy cuenta de que tengo novia y no puedo pasarme mucho. Pero es que es inevitable. El olor dura 4 segundos, cuando veo que me dice algo: 

- Nos veremos otro día Hugo. Me has caído muy  bien, a pesar de que lleves tatuajes -me dice y los dos nos reímos- 

-¿Oye que pasa que no te gusta mis tatuajes o que?- no me da tiempo a formular la pregunta cuando veo que se va porque su novio la esta llamando.

Y así, sin más, nos marchamos cada uno por su lado. Ahora que estoy en el coche solo con Aurora, veo que esta un poco seria. No se si es porque me ha visto mirando a Eva en más de una ocasión, o porque de la nada se a cabreado conmigo. Así que decido no decirle nada y esperar a llegar a su casa. 






No quiero o no puedo enamorarme de ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora