¡Hey rizos!

Prólogo

-¿QUE, QUE QUIERES QUE SEA QUE?-ese definitivamente era el grito más ruidoso que hice en toda mi vida. 

-mi sirvienta-responde natural y tranquilamente. 

-¿estas como una cabra si piensas que seré tu ESCLAVA!-se tapa la oreja izquierda y arruga su nariz haciéndome entender que mi voz era demasiado alta.

Pero no señores, aquel chico se estaba volviendo totalmente enfermo pensando que yo pueda ser su esclava. 

-esclava no, sirvienta sí-dice inocente. Le miro mal.

Alza su mano enseñando mi collar. -lastima, es tan bonito-dice con voz burlona, me mira y sonríe. 

Una sonrisa que ruega a que se la arranque. 

-es una luna-dice mirándolo detalladamente. No intente quitárselo, sabia que perdería. 

Su cara se ilumina y abre la boca y los ojos como el buen psicópata que es.

-¡ahhh, ya lo entiendo!...es una luna, claro-dice sonriendo. -tú te llamas Leyla que significa noche, es por eso que tienes una luna en el colgante.

Le miro con los ojos entrecerrados con la peor cara de asco que una persona puede hacer.

-pues que pena-suelta un suspiro. -es triste que tu maravillosa luna termine tan destrozada-mis nervios estaban alcanzando su meta. 

Quería pegarle con el puño más fuerte que guardaban mis músculos. 

Pero se me olvidaba que el musculoso es el y no yo. La vida es tan injusta. 

Bueno, os preguntareis como he llegado a esta situación. 

"¿A ser la esclava de un playboy?", No específicamente, no me gusta usar esa palabra. 

A como acabe siendo la muñeca obediente de un playboy...bueno creo que eso...básicamente es esclava. 

Esto comenzó de las peores maneras. 

Esto me pasa por meterme en peleas ajenas. 

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CUCU, aquí tenéis el prólogo, disfruten. Pronto comenzará.

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