Richard

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Era un día nublado. Las nubes se encontraban completamente grises en lo alto del cielo.

Eran las primeras que se habían asomado; ya que el sol estaba prácticamente desaparecido en el día de hoy.

Era aproximadamente las diez y media de la mañana y la gente se encontraba en sus qué aceres.

Gente de allí pa'ca. totalmente poblado por los transeúntes.

Pero la única persona que no se encontraba relajada ni despreocupada y ni siquiera tenía un día muy agradable en esos momentos, era aquel hombre.

Un Chevrolet de marca ónix turbo HB cuyo color consistía un negro azabache con sus ventanas polarizadas; se hallaba parqueado en toda una esquina en la calle más conocida como el "granada" de la cuidad de Girardot.

Richard, aquel hombre de mirada tierna, no le gustaba dejarse crecer la barba; sus largas, hermosas y abundantes pestañas que hacían una perfecta combinación con sus ojos como el cielo, azul intenso; sus cejas pobladas pero perfectas cejas negras; Sus brazos y hombros fornidos gracias a que su camiseta mangas cortas color rosa pastel dejaba ver lo fuerte que puede ser; su perfecta quijada cuadrada como todo un hombre guapo; su pantalón azul Navy lo hacía ver impecable un buen mozo. para terminar sus calzados negros relucientes en puro cuero fino.

Su fuerte brazo derecho que mantenía en el volante de su automóvil dejaba a la vista un tatuaje con letra cursiva que consistía en dos nombres "Carmen y Lucas" los susodichos son sus progenitores.

Cualquier mujer que lo mirase quedaría loca por verlo y hasta obsesionada por aquel hombre de mirada hermosa.

Fue así que Richard no se encontraba de bien humor.

Una loca y maniática mujer le había dañado su momento del día con sus insistir, sus perdones enmascarados en mentiras por haberle sido infiel a Richard.

Richard, con su cabeza descasando en medio de sus brazos en el volante se encontraba como una bestia, emputado, como vulgarmente se puede decir. No podía creer lo que había escuchado en aquel momento de la sala de su casa cuando en ese instante se encontraba bajando las escaleras de su hogar para cuando faltaba por llegar al último escalón de esta, fue ahí que supo que su amor por ella era un total fracaso.

¡no podía creer lo que había oído de parte de su amor!

Todas sus palabras de cariño que ella le había expresado era totalmente falso.

Todos esos cinco años lleno de amor por ella, ¡de un verdadero amor por ella! ¿para qué...? Para después ella burlarse del como lo hizo de la peor forma.



El recuerdo...

—¡Michael! No me llames... estoy en mi casa—Richard detrás de aquella pared estaba oyendo todo lo que Valeria decía a través de la llamada.

—Sí, Michael, él está aquí. Es por eso que te digo que no me hables en este momento. —ella se encontraba de espaldas con su mirada puesta en el balcón de la casa. —después hablamos de lo que paso anoche entre nosotros, Michael.

Richard Rey, con su ceño fruncido no entendía bien aquellas palabras "de lo que paso anoche entre nosotros" él no quería hacerse imaginaciones raras en su mente. El confía plenamente en ella. El, la ama con locura, Pero después cuando soltó lo último que salió de los labios de Valeria lo dejo como un simple estúpido y desconsolado.

—yo sé, Michael, pero solo espero que no salga embarazada de ti. —Valeria escuchando por medio de la llamada agrando sus ojos cuando Michael le dio una respuesta "por mí no hay problema que sea yo el padre de ese bebe. Yo me acosté contigo fue porque me gustas y estoy enamorado de ti, hermosa."— Valeria no soporto eso ultimo y explotó en rabia gritándole al celular sin importarle que los vecinos o los demás la escucharan:

La verdad detrás de un corazón fríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora