Las risas del que una vez fue el amor de mi vida resonaban en las cuatro paredes de la sala, mi vaso medio vacío reposaba en mi diestra y la alegría de Marcelo se olía a kilómetros.
Mi esposo bebía y reía con normalidad, decirle esposo es una jerarquización, al final él y yo estábamos separados esperando hacerlo oficial en unos días (divorcio). Marcelo por su parte fumaba el cigarrillo de la felicidad, él es el primo de mi exesposo. La noche transcurrió con aparente calma, mi boca se negó a beber un trago más, Marcelo me ofreció de su fuente de falsa energía y yo acepte sin saber que aquello seria un grave error.
Mis ojos estaban casados, la cabeza me daba vueltas y el sentido comenzaba a abandonar mi cuerpo, Marcelo se fue después de unos minutos y yo subí a mi habitación... todo perdió sentido, la inconsciencia me dominó, lo siguiente fueron flashazos de conciencia dónde sentía a alguien jadear sobre mi cuerpo, moverse encima mío y diciendo cosas que no alcanzaba a entender.
La noche culminó con el crimen de un asalto sexual sin consentimiento, desperté adolorida, cansada y asqueada sin saber aún la razón. El espejo del baño me dió la respuesta, aquel a quien en algún momento llame "amor" había abusado de mí, de mi estado, y de mi confianza. Mis ojos se llenaron de lágrimas al ver las marcas en mi cuello y en mi pecho, el dolor de los caderas denotaba lo que mi inconsciente sabía pero mi yo actual no quería ver.Arrastré mi cuerpo hasta la regadera e intenté limpiar el paso de un acto repulsivo que jamás debió suceder. Aquel día lo corrí de la casa.
Sin saber la magnitud del terrible acto de violencia que se cometió contra mí deje al perpetrador en libertad cuando la cárcel debió su único nuevo hogar.
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Historias de un abuso.
No FicciónUna cruda historia, una verdad oculta, una herida que no sana. La verdad detrás de miles de mujeres narradas desde mi propia perspectiva. Mi único fin es dar a conocer los sucesos tan horrendos de los cuales fueron víctimas y que por miedo o ignoran...
