•.¸♡ Doble Vida y Horrible Papá♡¸.•

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Transcurrió un tiempo desde aquella noche.
Dazai seguía insistiendo en tener una relación "seria" con Chūya, pero sin querer tomar la responsabilidad ni aceptar a Atsushi como su hijo.

Sólo quería disfrutar de Chūya y sentirse afortunado de estar a su lado, pero el actor no estaba muy convencido de ello.

Si bien, aquellas veces tuvieron relaciones después de más de dieciséis años, el pelirrojo no accedía, y su orgullo le impedía aceptar al hombre que le hizo un hijo para luego rechazarlo. Le permitía vivir en su mansión, pero Dazai no cambiaba respecto a Atsushi.

Amanecía.

Chūya fue a la habitación de su hijo para despertarlo, pues debía comenzar su primer día de clases en la universidad. Atsushi se convertiría en un actor como su madre, y estaba muy emocionado.

— Atsu, hijo, ya es tarde. Recuerda que debes ir a las clases hoy.

Lo movía ligeramente, susurrándole al oído.
Atsushi se movió un poco para luego despertar. Bostezó, y talló sus ojos con sus puños, viéndose tierno a los ojos de Chūya.

— ¿Mami? ¿Sucede algo?

Preguntó soñoliento.

— Las clases, Atsushi, las clases. Es tu primer día.

Repitió.

El albino se levantó de su cama con esfuerzo. Apenas podía mantener los ojos abiertos, tenía mucho sueño. Su noche había sido larga y agotadora. Ni siquiera la pasó en casa.

Se puso sus pantuflas y una vez que Chūya salió de su habitación, fue al cuarto de baño, dentro del mismo. Se duchó.

Chūya y Dazai esperaban a Atsushi para el desayuno, quien llegó tarde después del baño y vestirse para la universidad.

El albino se sirvió su desayuno en los platos, y tomó asiento en su lugar. Dazai lo observaba con disgusto, deseando que el joven no estuviera ahí con ellos.

— Es muy rico este desayuno, mamá. ¿Lo hiciste tú?*

— Sí. Quise hacer algo especial por tu primer día de clases. Sé que serás un excelente actor, mucho mejor que yo.

Animó.

Atsushi sonrió ruborizado. Tenía altas expectativas. Él vivía con todas las comodidades desde que era muy pequeño, siempre con lujos, pero su novio no corría con la misma suerte.

Había pasado la noche con Ryū, cuidándolo, ya que el azabache se hallaba delicado de salud por una fuerte tos y fiebre.

FLASHBACK.

Atsushi se quedó al lado de Ryūnosuke hasta verlo mejor. No podía dejarlo solo, y tampoco podía no amanecer en su cama, cuando tenía clases al día siguiente.

— Puedes irte ya, Atsushi... Me siento mejor, de verdad.

Dijo tembloroso, queriendo cubrirse con el cobertor.

— No me iré Ryū. Tengo que verte bien y sigues débil.

Se levantó del suelo, donde se hallaba el futón, y fue por más agua para mojar algunos trapos y ponerlos de nueva cuenta en la piel de su novio.

— Yo estaré bien. Lamento no haberlo hecho antes pero... Mañana le pediré dinero a mamá, y compraré una cama para tí y para Kenji-kun, y algunas almohadas. Soy el peor novio y padre del mundo... Soy horrible...

Comenzó a derramar lágrimas y a volverse sentimental, algo muy común pese a ser el dominante de su relación. 

— No lo eres...

Sujetó una de las manos de Atsushi y le sonrió. Miraba al pequeño Kenji, de un año de edad, dormido plácidamente sobre un viejo futón en el que apenas tenían espacio.

Atsushi limpió sus lágrimas y tomó su teléfono móvil para buscar colchones y camas en venta.

— Ryū... El dinero de mamá no es mi dinero. Él compra cosas para mí pero... ¿Cómo puedo pedirle mucho dinero y qué le invento? Él no debe saber de Kenji-kun. Se molestaría mucho con los dos.

— No necesito ninguna cama, Atsushi. Yo estoy bien si vienes a visitarnos todos los días, y Kenji parece dormir muy cómodo. No te preocupes demasiado o también enfermarás.

Aconsejó.

FIN FLASHBACK.

— Mamá...

— ¿Qué ocurre, cielo?

— ¿Me prestas dinero? Verás, Ryū tiene un futón muy viejo y se ve muy incómodo. Me gustaría regalarle una cama. ¿Podemos?

Dazai se levantó, acercándose a Atsushi y posando ambas manos sobre sus hombros, algo molesto.

— Deberías dejar a ese chico callejero y sin futuro, Atsushi-kun. Tienen casi dos años de novios, y Ryū no avanza con sus dibujitos de manga. Que destino tan miserable llevarán los dos si se quedan juntos al final. Vivirán en las calles, comiendo basura. Y sus futuros hijos serán unos mocosos mugrosos muertos de hambre.

Opinó con odio. Atsushi decidió callar.

— Oye, idiota. Mis cosas no son tuyas. Eres otro tipo sin futuro más. No quiero escucharte decir cosas horribles de mi yerno. Que lo único que también te pertenece es Atsushi y es lo que no puedes apreciar. Así que guarda silencio.


*MENSAJE*

"Atsushi... Creo que Kenji-kun... Está muerto... No despierta".

FAKE BOYFRIENDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora