𝐓𝐞𝐧𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧 || 𝐉𝐉𝐊

3.

Era un domingo soleado como todos, Areum se encontraba lista para asistir a la prédica de hoy junto con su madre, la castaña estaba vestida con un vestido de flores que le llevaba un poco más arriba de la rodilla, era muy sutil y adecuado para ir a la iglesia, las campanas comenzaron a sonar indicando que el recinto había abierto ya sus puertas por lo que Areum y su madre emprendieron camino a este.

- Me alegra que me acompañes todos los domingos a la iglesia — comentó su madre con una sonrisa —

- si, ya sabes no sabía que las charlas y la misa eran...interesantes.

Una sonrisa pícara se formó en el rostro de Areum pues lo interesante no era no que escuchaba si no quien lo decía. Después de unos cuatro minutos llegaron a la iglesia pues quedaba bastante cerca y ahí estaba el, no tenía puesto su hábito aun, por el contrario tenía unos pantalones algo flojos para la desgracia de Areum ya que la castaña adoraba sus muslos que se le marcaban al caminar, también tenía una camisa color azul rey con su inflatable alza cuello...Areum se había empapado las bragas de sólo verlo.

- Buenos días señora park.

Jeon se acercó a la mamá de Areum para saludarla cálidamente, su corazón comenzaba a descarrilarse ante la presencia de la castaña pero el tenía que disimularlo.

- Buenos días jungkook, ¿como está todo hoy?

- Muy bien Gracias a Dios señora park — en ese momento dirigió su mirada a Areum — ¿Areum cierto?

- Si...un placer conocerlo — Extendió su mano a manera de saludo —

- El placer es tomo mío — tomó su mano delicadamente dando un apretón de manos — adelante pueden pasar ya iniciaré la prédica solo debo ir a vestirme.

Jeon se despidió Cortésmente de la familia PARK y se fue a poner su hábito, las manos de Areum habían sido la mejor experiencia sensorial, su piel era tan suave y su aroma... se preguntaba asi mismo si todo su cuerno era así de suave.

Comenzó a quitarse su camisa para ponerse una blanca, se encontraba con su torzo desnudó muy tranquilo en el vestier hasta que escucho un ruido de tropezón.

- ¿Hay alguien ahi?

Dijo con voz firme con su camisa a medio abotonar, se asomó por la puerta y no vio a nadie por lo que prefirió ignorar lo anterior pues se le hacia un poco tarde.