final alternativo de boulevard

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encontre un final alternativo en wattpad, que supuestamente Flor escribió y luego terminó borrando.
El final es hermoso, como me hubiera gustado que terminara la novela, pero los nombres de algunos personajes estaban cambiados (en wattpad explican que fue porque Boulevard inicialmente era un fanfic de la banda 5 second of summer, y luego Flor lo cambio para que no fuera así).
En cualquier caso, cambie los nombres para que fuera como la historia original, y queria compartirlo por si alguna no lo leyo o no sabía de su existencia:

FINAL ALTERNATIVO (por Flor Salvador)

09 DE FEBRERO DE 2016
Hasley Weigel
El cielo estaba muy azul como sus ojos y con el sol en su punto exacto, un día tan común para Sídney, yo mordía mis labios insegura y tratando de contener las ganas de llorar. Mis manos jugaban entre sí y comenzaban a sudar de nerviosismo.
Luke se alejó de su hermano Pol y caminó hasta donde me encontraba, haciendo girar las ruedas de su maleta roja contra el piso, rascó la parte trasera de su oreja y soltó un gran bostezo. Se detuvo justamente en frente de mí regalándome una sonrisa de lado.
-Si me sigues mirando así terminaré quedándome -confesó, ladeando su cabeza para después tocar mi mentón con su mano-. Weigel, no hagas esto más difícil. Estoy tan seguro que al que más le duele alejarse uno del otro, es a mí.
-¿Insinúas que a mí no me duele como a ti? -reproché frunciendo mi ceño.
-Sí -asintió, yo abrí la boca un poco ofendida y él soltó una carcajada-. No te lo tomes tan personal, pero yo seré quien estará encerrado.
Mi pecho se oprimió y mis ojos empezaron a arder. No me agradaba la idea de que Luke se fuera de Australia, estaría muy lejos y no tendría la más mínima oportunidad de poder visitarlo, pero si eso le hacía un bien, lo aceptaba y no trataría de impedirlo, aunque a estas alturas mi mirada comenzaba a delatarme en frente de él.
-Prométeme que darás lo mejor de ti -murmuré, elevando mi mano hasta su mejilla, Luke cerró los ojos y soltó un suspiro, uno tranquilo y consolador.
-Hasta la última fibra de mi cuerpo.
Yo sonreí. Necesitaba darle todo mi apoyo para que el pudiera continuar.
-Confió en ti -admitir, Luke esbozó una sonrisa y soltó su maleta para poder abrazarme.
-También te prometo que el día de nuestro aniversario nos veremos. No sé cómo, pero lo haremos -susurró en mi odio, antes de separarse.
-Lo más importante ahorita es que no te arrepientas de ir al centro de rehabilitación, ¿bien? -le dije con firmeza-. Después de eso, podremos planear todo lo que queramos, ¿si entiendes?
-De acuerdo -rio-, pero nos veremos el seis de diciembre. Es nuestro aniversario. Eso no lo podrás cambiar.
Negué divertida. El mordió su arito e hizo bizcos.
Por encima de su hombro, divisé a Pol acercarse hasta nosotros.
-Hay que llevar el equipaje para que lo revisen -su hermano informó-. Yo llevaré las maletas. Sigan hablando, en menos de veinte minutos tendremos que entrar para tomar el vuelo.
Ambos asentimos y Luke apretó sus labios. Pol tomó la maleta de su hermano y se alejó de nosotros para ir a entregar el equipaje.
-¿A dónde ha ido tu madre, André y Neisan? -Luke inquirió frunciendo su ceño.
Después de toda la escena que Matthew había montado en frente de todo el instituto, André había descubierto algo tan peculiar. Fue hasta la casa de Luke para decirle que Jane le había confesado que estuvo saliendo con el chico oji-verde después que se conocieran en el cine, el mismo día que Luke cerró el lugar.
El rubio estaba que hervía de rabia, sin embargo, André lo hizo entrar en razón dándole muchas opciones del porqué no debía atacarlo, Luke tenía un temperamento tan descontrolado, aunque para mi sorpresa pudo cavilar las cosas. Le conté a Neisan sobre ello y él se lo dijo a Zev, el castaño se peleó con Matthew y me vino a pedir disculpas.
Acepté cada una de ellas, pero la etiqueta de "mejor amigo", ya no le pertenecía a él.
Las únicas personas que me apoyaron cuando estaba cayendo fueron Neisan y Luke. A pesar de mi comportamiento tan basura con el oji-azul, siempre estuvo para mí.
Zev y yo solo cruzábamos palabras solamente por puro respeto, pues mi amistad con Neisan se había vuelto más fuerte, después de año nuevo, él había ido a mi casa para gratificar nuestros lazos de amistad, también André y Luke.
El veinticuatro de diciembre conocí a la familia de Luke, su madre era un amor de persona, estaba Pol junto a su esposa, y finalmente estuve frente a frente con Jason Howland, el culpable de todos los dolores físicos que Luke sufría. No fue algo grato verlo y tampoco le agradaba la idea de que estuviera en su casa, aunque semanas más tarde, el chico me había comentado que Pol tuvo
una plática con sus padres sobre llevárselo lejos de Australia.
Los días pasaron rápidos después de saber que se iría.
-Mamá fue por unas galletas y una soda junto a Neisan, André al baño -respondí.
-Normalmente comen las galletas con café -arrugó la nariz-. Blodie es rara.
-Bonnie- recordé puliendo una sonrisa.
-Hey, ella y yo nos entendemos. Es código morse entre paciente y psicóloga -masculló jocoso-. ¡Es algo que tú no puedes cambiar!
Comencé a reír mientras él me miraba con burla.
Una semana después de que me pidiera que fuera su novia aquella noche en frente de la cascada, me había confesado que mi madre era su psicóloga, me sentí más estúpida de lo normal porque parecía algo tan obvio y a mí nunca se me había pasado por la mente que ellos tuvieras ese tipo de relación. Cuando me lo dijo, uní todas las piezas y comprendí el porqué ella siempre lo trataba con tanta calidez.
-¿Cómo pudiste confundir Bonnie con Blodie? -hacía la misma pregunta cuando sacábamos este tema de conversación.
-Sufro dislexia -se encogió de hombros.
-¡Eso es mentira! -reí.
-Bien, me pegaste lo idiota desde cuarto año -mencionó divertido mientras me sacaba la lengua.
-¡Me llamaste idiota! -acusé.
-¡Oh vamos! ¡Tienes que admitirlo! -rio- ¡Eres muy retardada, Weigel! ¡Siempre lo has sido!
Cubrí mi rostro con ambas manos, también me había confesado que me conocía desde tercer grado, aunque nunca me tomó importancia, sino fue hasta cuarto año que me comenzó a notar más de lo normal, sin embargo, en quinto año lo cambiaron de grupo.
Él me había definido como su amor platónico en cuarto año y desde que miró una fotografía de mí en la oficina de mi madre.
Al principio lo sentí acosador, pero después fue algo lindo de su parte, ya que nunca intentó acercarse a mí, hasta que el profesor Hofman me dejó afuera, mi curiosidad se dirigió hasta las gradas donde él se encontraba y mi pie se resbalara.
Tomé su rostro entre mis manos y besé sus labios, fue uno corto que no se esperaba. Su rostro reflejó una sonrisa más enorme y pude apreciar como sus pupilas se dilataban.
-Te adoro -sonreí -, como el pollo al horno.
-No vuelvas a hacer eso -carcajeó-. No sirves para el romanticismo, ni tampoco para hacer rimas, por eso Hofman no te quería en sus clases.
Sentí el calor en mis mejillas y me vi con la necesidad de ocultar mi rostro entre mis manos. Sabía que Luke seguía burlándose.
-Te encanta avergonzarme -farfullé.
-No, tu sola lo haces.
Bajé mis manos y estiré mi brazo para empujarlo por el hombro. Él se burló con una mueca.
-Ahí viene tu madre con Neisan -anunció, apuntando detrás de mí.
Giré sobre mi propio eje para ver a la mujer trayendo consigo una botella de soda junto a un paquete de galletas, Neisan venía comiendo una torta. Se acercaron hasta nosotros y mi madre nos dedicó una sonrisa.
-Estas galletas están deliciosas -informó-. Son de mantequilla.
-Después de comerlas tanto pueden empalagar -Luke mencionó-. Lo digo por experiencia.
-Me acabo de dar cuenta, tienen mucha azúcar, sin embargo, saben bien.
-Le dije que comprara una torta -Neisan habló con la boca llena y le di una mirada desaprobando su acción. Él rio.
Pol se acercaba hasta nosotros con André a su lado, venían hablando de algo y
detuvieron su charla con una risa al estar en frente de nosotros tres. El hermano de Luke le tendió su boleto al chico y este lo cogió al instante.
-Es hora -habló-. Pronto lo anunciarán. Me despido de todos ustedes, muchas gracias por todo, tenemos que partir ya -nos miró y sonrió para después dirigirse a Luke-. Te espero en la entrada.
El rubio asintió y su hermano se alejó.
No quería despedirme, no ahorita, tuve dos meses intentando prepararme para esto y ahora que había llegado la fecha, no podía. Sentí como mi estomago empezó a revolverse y cerré mis ojos durante unos segundos.
Escuchaba como André se despedía de él, diciéndole que se cuidara y también que vería por su moto, Neisan solo se limitó a darle toda la surte del mundo, a lo que Luke le advirtió que me cuidara muy bien sino lo mataría, oí la voz de mi madre y como le decía palabras de apoyo para que pudiera seguir adelante y viera el camino que tenía en frente de una forma tan positiva.
Ya había llegado el momento y supe que si abría los ojos, me colgaría a llorar. No podría decirle adiós.
-Weigel -me llamó y sentí mi corazón hacerse chiquito-, mírame.
Tomé una gran bocanada de aire y conecté mis ojos a los suyos. Él me veía con ternura y una sonrisa reprimida.
-No te despidas -murmuré, tratando de que mi voz no se cortara.
-Sólo será un hasta luego, no tiene que ser un adiós -curvó sus labios-. No le pondremos fin a nada, no hoy, ni mañana, ni nunca.
-Tienes razón -asentí y solté un suspiro-. Son pausas de la vida, ¿no?
-Una pequeña pausa a nuestra historia, pero una muy pequeña. No tenemos que cambiar de libro, porque nuestra historia está en capítulos muy largos y en todos aparecemos tu y yo -alentó-. Este año tu entras a la universidad y yo desde allá, en rehabilitación, estaré muy orgulloso de ti. Weigel, te adoro tanto y no quiero que por mí estropees tus estudios. Tienes un futuro.
-Tenemos -corregí sonriendo-. Tenemos un futuro.
-Suena hermoso. Espero y así sea -musitó-. Bien, no quiero despedirme porque no soy bueno en las despedidas, mucho menos cuando se trata de hacerlo con las personas que amo. O con la persona que amo.
-Cuídate, por favor -supliqué.
-¡Luke! -Pol gritó.
-Lo haré, Weigel -afirmó, ignorando la llamada de su hermano-. Cuando llegue, te llamo, ¿bien?
-Sí -asentí-. Te amo se movían con suavidad, haciendo de la acción, una de las sinfonías más bonitas.
Luke se alejó y me miró, sus ojos mirando los míos, grabando cada característica de mi rostro, yo también lo hacía, quería grabarme cada porción a la perfección, su nariz, sus mejillas, la forma de sus cejas y la manera en que sus pestañas se movían cada que parpadeaba. Quería grabarlo en mi mente para no olvidarlo durante todo un año.
No quería alejarme.
El estaría en Nueva Zelanda y yo aquí, en Sídney.
Lo extrañaría demasiado.
-Es hora de que me vaya.
-Te voy a echar de menos -formé un mohín.
-Yo más. Cuídate y te deseo mucha suerte para tu examen en Perth.
-¡Pushi! -su hermano gritó con burla- ¡Ya muévete!
-Dime que no lo hizo -Luke entrecerró los ojos-. Lo voy a matar.
-Tranquilo -reí-. Anda, tú puedes.
-Hasta pronto, Weigel.
Esta vez, me dio un beso, pero en la frente y, sin mirarme, se dio la vuelta y caminó hasta Pol.
Apreté mis labios y sentí como mi pecho comenzaba a doler, antes de que cruzara la puerta, me miró y agitó su mano con una sonrisa sin despegar sus labios. Yo copié su acción y me despedí.
-Hasta pronto, Luke.
Una vez que desapareció de mi vista, sentí un completo vació en mi interior, mis ojos se aguaron y la primera lágrima salió.
-Tranquila, amor -la voz de mi madre murmuró detrás de mí-. Él estará bien, y necesita estarlo.
Giré sobre mi propio eje y observé a mi madre con una sonrisa, André estaba a su lado con los ojos cristalizados. Igual lo extrañaría. Era su mejor amigo de infancia.
-Es fuerte, lo logrará. Es como mi hermano y sé que la razón más importante para hacer esto; eres tú, Hasley.
-Totalmente de acuerdo -Neisan apoyó al moreno.
-Confió en él -admití.
Hubo un silencio y atisbé como Neisan le decía algo a mi madre en el oído mientras ella asentía.
-De acuerdo -la mujer inició-. Vamos a comer, yo invito.
-Esto es un poco incómodo -André mencionó con una sonrisa nerviosa.
-Vamos -mencionó mi madre-, es de mala educación rechazar lo que te invitan.
-No hubiese comido aquella torta -el pelinegro se quejó comenzando a caminar.
Mamá se burló de él, André volvió a decir algo y la mujer le reprochó, comenzaron a hablar de lo mismo y yo los seguí, miré sobre mi hombro y me repetí que era lo mejor, que tenía que dejarlo ir por un año. Debía sentirme segura y apoyar por completa esta decisión, quería ser mejor persona
y lo tenía que alentar.
Y en ese momento, el boulevard le puso pausa a los sueños rotos de Luke y le dio inicio a los nuevos.
****
El 12 de marzo del 2017, Luke regresó.
Y juraba que era la misma persona de la que me había enamorado. El color azul eléctrico de sus ojos brillaron y se llenaron de lágrimas cuando vio los míos, el azul celeste. Una perfecta combinación. Su arito ya no se encontraba más en sus labios, su espalda estaba más ancha y había crecido aún más.
Su sonrisa era enorme, sus hoyuelos se notaban con tanta profundidad, ya no usaba el copete, ahora era un peinado más formal. Él me rodeó con sus brazos y me sentí muy pequeña.
Pero completa.
-Eres hermoso -murmuré, con la vista nublosa por las lágrimas-. Cambiaste demasiado.
-Igual que mis sentimientos hacia a ti -confesó.
-¿Cómo? -hablé desconcertada.
-Acabo de descubrir que hoy te amo más y que te necesito en mi vida. Joder, jamás hagas que me vuelva a ir -musitó-. No quiero volver a alejarme de ti, nunca más. Tú eres mi hogar, Weigel.
Mi corazón se aceleró demasiado y mis sollozos se empezaron a oír, Luke volvió a abrazarme y besó mi cabeza varias veces.
No había sido tan fácil pasar un año sin él, sin escuchar su voz en cada momento, gritando mi nombre, reclamando, quejándose o cualquier cosa que lo caracterizaba. Lo había echado tanto de menos. La calidez de su cuerpo, su tacto y su olor.
Su olor. Ya no olía más hierba, tampoco a nicotina. Ahora, era un olor fresco.
-Bienvenido a casa -esbocé una sonrisa.
-Mi pequeño cajón de esperanzas -susurró, juntando nuestras frentes-. Mi único y gran sueño.
-Luke...
-No sabes el miedo que tuve de que encontraras a alguien mejor que yo, porque lo hay y mil veces mejores. No te haces una idea del temor que tuve cada noche de pensar que no estaba haciendo lo suficiente para ti.
-Es que no hay nadie mejor que tú -tomé su rostro entre mis manos y lo obligué a que me mirara, estaba llorando. Tenía tanto tempo que no lo veía de esta forma-, ¿si entiendes?
Se alejó de mí y entrelazó nuestras manos, la mía era tan diminuta y la de él era grande, sin embargo, ambas se ajustaban a la perfección, como si estuviesen echas la una para la otra.
-Ahora entiendo, no todo lo bueno llega tan fácil a nuestra vida, porque si está costando sacar adelante algo, se debe a que vale la pena -dijo mirándome-. Y tú vales la pena, Hasley Weigel.
Sonreí, sintiéndome tan afortunada de haber encontrado a una persona como Luke, tan tonta por las veces en que lo traté de una forma despreciable. Quería reparar cada error y lo quería demostrar ante mis acciones. Lo amaba de una forma que nadie entendía, lo amaba de la manera en que no necesitaba hacérselo saber al mundo, porque era un amor que solamente quería demostrárselo a él y si las personas se daban cuenta, era un punto y aparte muy
grande.
****
Desde un inicio supe que Luke y yo éramos completamente diferentes, éramos tan perfectamente imperfectos. Él uno al otro nos necesitábamos, varios creían que era solo un amor colegial, uno que solamente pasaba en la adolescencia.
Nuestra historia no fue un "felices para siempre", porque la felicidad era relativa, no duraba, no todo era color de rosa, habían desacuerdos, peleas, diferencias y reclamos, pero también nos llenábamos de risas, burlas, abrazos, amor y conversaciones agradables.
Cada que discutamos, recordábamos por todo lo que habíamos pasado, no podíamos tirar todo por la borda, simplemente no podíamos echarnos para atrás y dejar de un lado las tantas circunstancias que nos hicieron llorar.
Haber conocido a Luke Howland fue sin duda la mejor experiencia de mi vida. Dejó de ser una chimenea humana para convertirse en alguien con un título universitario. Él había sido el mejor huracán, la mejor tormenta y el incendio que más marcó mi vida.
Mis zapatos creaban un sonido al instante que aplastaba las hojas secas que se encontraban en el callejón. Me crucé de brazos y me detuve cerca de un árbol mientras sonreía al ver a Luke corriendo y haciendo muecas.
Mi esposo era tan infantil.
Aunque había una razón para serlo. Me resultaba graciosa la escena que tenía al frente. Su condición física ya no era la misma de antes.
Él se plantó en medio del camino tratando de recuperar su aliento durante unos segundos, se inclinó un poco hacia adelante para intentar nivelar una altura adecuada, pero seguía siendo muy alto.
Sabía lo que haría a continuación.
-¡Bienvenido al Boulevard de los sueños, Nathan! -Luke gritó, extendiendo sus brazos a sus extremos, sonrió de oreja a oreja y miró a nuestro pequeño hijo quien comenzó a correr hacia él para que pudiera abrazarlo.

FIN

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