SEMPITERNO [B.Hargrove]

I

"New kids"

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El sonido del despertador taladro mis oídos, despertándome de aquel sueño que tan bien conocía. Como todas las noches durante el último año, este no había cambiado.

Todo me llevaba de vuelta a la noche en que luchamos contra aquel monstruo y rescatamos a Will.

Pero ahora todo eso había quedado en el recuerdo. Como si fuera, un mal sueño. O eso me gustaba creer.

Perezosa me levanté de la cama para darme una ducha. Necesitaba estar fresca para sobrevivir al primer día de mi último año. Una vez lista baje al comedor donde toda mi familia me recibió desayunando.

Otra vez bajo tarde, que raro.

- Buenos días cariño - me saludó mi cariñosa y atolondrada madre.

- Buenos días mamá - besé su mejilla antes de acercarme a mi hermana pequeña y repetir la acción - Buenos días papá.

- Se te han pegado las sábanas otra vez Kate - respondió sin levantar la vista del periódico, a lo que yo respondí sacándole la lengua mientras me sentaba entre Nancy y Mike.

Tras disfrutar un "animado" desayuno en familia, salí de casa con mi bolso encontrándome el coche de Steve en la puerta - ¡Eyy, Steve!

El susodicho dejo de mirarse en el espejo del coche y sonrió inmediatamente al verme - ¿Te importa acercarme a clase hoy?

- Sube nena - contestó con un guiño, haciendo que sonriera y subiera al asiento de atrás.

Steve y yo tenemos una relación...curiosa por así decirlo. Ambos nos hicimos amigos cuando teníamos 12 años y él comenzaba a ser el rey de la escuela en Hawkins. Básicamente, le pegué una patada en la entrepierna por meterse con un niño de nuestra clase. Al día siguiente se acercó a pedirme disculpas y me regaló su almuerzo durante dos semanas. Después de eso, nos hicimos inseparables.

Como decía, curioso.

- Dilo Nancy, es una mierda - Harrington miraba abatido su informe para la universidad, una vez aparcamos en la escuela.

- No es una mierda - le intentó animar mi hermana.

- No es por hacerte el feo ni nada, pero si que es una mierda - admití desde el asiento de atrás.

- ¡Kate! - el regaño de mi hermana no se hizo esperar.

- ¿Qué? Solo soy realista - me incorporé para poder apoyarme en los asientos delanteros.