I.

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Tranquilo, Guido. Patricio va a salir bien de la operación, era necesario por su salud era esto, o amputar su pierna . - hablo, gastón mí hermano mayor tratando de calmarme, lo miré y asentí con mí cabeza.

Voy a buscar algo de café o algo caliente tengo seca la garganta. - me pare y me dirigí a la cafetería del hospital. Mientras me lo preparaba a mi gusto, veo a una chica rubia teñida como yo, pero su color era más fuerte que el mío y llamativo, tenía una especie de tanque de oxígeno.
Fruncí el ceño unos segundos y desvíe mí mirada hacia otro lado, no quería que se diera cuenta o capaz ya notó mí mirada, que vergüenza.
Con el café en la mano, esperando a que se enfríe un poco pensaba más o menos que edad tendría unos ¿ 17 o 18? era muy chiquita, yo un boludo grande de treinta y dos. Pero era muy bonita, para aparentar más edad o eso es lo que yo pensaba.

Celeste Michel, adelante por favor. - la llamó el médico y ella se paraba para ir donde estaba el señor de unos cuarenta y pico de años.

¿ Michel? Jamás en la vida, había escuchando un apellido como ese. Pero era tan lindo como ella, sonreí adentro mío, y la miré cuando
se dirigía hacía el doctor.
Mí mirada, se posó en la rubia y no pude evitar sonreírle. Me devolvió ese pequeño y dulce gesto hasta que entró al consultorio.

Esperé unos segundos, hasta que salga y así fue. Salió de ahí, escuchando lo que el médico le estaba diciendo. Se dirigía a radiografías. Es mí momento, pensé.

Antes de ir con ella, volví con gastón y le metí una excusa. No estuvo convencido del todo, hasta que aceptó que me fuera un rato.
Bajé las escaleras, buscando el cartel de radiografías, no sé que tenía esa chica pero me llamó la atención. Soy un poco, mujeriego lo admito pero no sé que me pasó con esta chica, pero al mirarnos mutuamente, sentí una especie de conexión en el pecho y eso no me sucedía hace mucho tiempo después de mi primer novia oficial,Natalia, por allá en el 2008. Cuando promocionabamos, nuestro tercer disco Una Hora a Tokyo, con mis hermanos.

Cuando encontré el cartel de radiografías, bajé otras dos escaleras más. Podría haber usado el ascensor,pero solo podían usarlo la gente que tenía alguna discapacidad.
Cuando llegué, mi respiración era agitada, coloqué mis manos en mis rodillas tratando de volver a la normalidad, subí mí mirada y la vi sentada leyendo un libro, no prestaba atención a lo que ella leía sino la miraba a ella, su perfume se podía oler hasta acá. Mojando sus dedos, pasando las hojas y seguir leyendo.

Me senté al lado suyo, moviendo mí pierna con algo de nervios. Sentí su mirada, posada en mí.

- ¿ Vos sos el chico, que estaba en el piso cuatro, mirándome? - preguntó, cerrando el libro guardándolo en su mochila.

Tenía un acento muy peculiar, y eso la distinguía de las demás. Que linda piba, pensé.

- ¿ Yo? ¿ Yo te estaba mirando? Creo que te equivocaste, de persona. - mentí, negando. No quería parecer un chamuyero de entrada, con esto lo tenía que tapar, haciéndome el boludo.

- Si, vos. Mirá que yo no me acuerdo de las caras de las personas, pero vos me mirabas a mí. Me di cuenta, hasta que entré con el médico. - me miró concentrada, esperando una respuesta por parte mía.

- Eh... Puede ser que tengas razón, perdóname no quería incomodarte... Guido, un gusto. - le extendí mi mano, presentándome.

- Tranquilo, no pasa nada. Está todo más que bien, no pidas perdón... Celeste.- finalizó, extendiendome las manos.

Me callé por un ratito, no quería hablar todo el rato y aturdirla. No quería darle esa primera impresión de mí. Tenés un acento, muy raro ¿ De dónde sos?, Si se puede saber. - acomodé mí gorra, y me gire para mirarla.

Claro que sí, podes saber. Soy de Francia, pero hace poco me enteré que tengo familia en Buenos Aires, y vine de visita. Mí papá me enseñó español, después en la escuela, el es argentino, y mí mamá francesa. - lamió su boca, y no pude no ver eso. ¿ Que se sentirá sus labios contra los míos.?, Ya me estaba haciendo la cabeza, y todavía no la conocía. Negué con la cabeza.

Que buena onda, eso es genial. Tenés que probar nuestras costumbres, como el alfajor, el mate, el dulce de leche. Estoy seguro de que te van a encantar. - terminé de hablar, atento.

¿ Buena onda? ¿ Que es eso? ¿ tu eres de acá?. - me preguntó riendo, tratando de entenderme, el español nuestro y el de allá era diferente. Me mataba de ternura, quería besarla.

Me terminé contagiando de su risa, era muy graciosa hasta que la observé de vuelta.

-.Buena onda, significa que es agradable en argentino. Y.. si, soy de acá. Toda mí familia, es de acá. Nací, en Don Torcuato, Zona norte de Gran Buenos Aires y toda mí vida viví allá, y ahora vivo en Palermo. - jugué con mis manos, jugando con estás.

- Ah.. no sé dónde queda Don Torcuato, lo único que conozco es el obelisco, estoy esperando a que venga mi prima, me va a venir a buscar para que vaya a casa.. - hizo una mueca, hasta que la llamaron, tenía los resultados en la mano y los abrió.

Su suspiro era triste, sentía que quería llorar, no sabía si abrazarla o si preguntarle que había sucedido para que se ponga así. Ella me abrazó con fuerza, me tomó por sorpresa, yo quería abrazarla pero me terminó ganando.

- ¿ Celeste? ¿ Que te pasó? No llores, tranquila todo va a estar bien. ¿ Querés que te traiga agua?- tomé valor para preguntarle que le pasó, solo asintió cuando le ofrecí agua.

-Tranquilizate, respira hondo. Todo está bien. - tomé aire con ella, calmandola.-

-Perdón, Perdón. Recién te conozco y ya te abracé no soy así, soy mucho más tímida, más de lo que piensas. - tomó una bocanada de aire y me miró.-

-No te preocupes, es normal aveces cuando uno se siente mal lo único que quiere o pide es un abrazo para sentirse mejor. - suspiré acariciando su hombro.

Lo que pasa, es que tengo fibrosis quística. Mí enfermedad, no tiene cura. Mís pulmones están muy dañados, y hace años esperé un transplante pero, el corazón nuevo no llegó. - se limpió las lágrimas ,con mí remera. No podía creer, lo que estaba escuchando todo lo que me dijo, me llegó al corazón. Con razón tenía el tanque de oxígeno, eso la ayudaba a respirar.

Lamí mí boca, y me quedé pensando hasta que le hablé.

¿ Cuál es tu mayor deseo, antes de... - al hacer esta pregunta, lo hice con el mayor cuidado posible. Sentía,que ella estaba segura de la muerte, que en algún momento eso iba a suceder.

Mí mayor deseo es mirar las estrellas ¿ Por qué? - me miró extrañada.

No por nada, solo tenía curiosidad. - acoté.

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⏰ Última actualización: Sep 03, 2021 ⏰

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Under The Stars. [ Guido Sardelli.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora