Jake no sabe lo diferente que es y Sunghoon está al tanto de esto.
Vida perfecta, salud perfecta, pero hay algo en él que ya no puede ignorar más al reencontrase con Sunghoon, algo que le quita todo el honor de llamarse un ejemplar alfa.
Un pequeño...
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Después de terminar de cambiarse las prendas y terminar con un largo cuestionario y pruebas, estaba siendo encaminado a lo que parecía ser el lugar donde pasaría la mayor parte del tiempo.
Entró viendo una habitación considerablemente grande, paredes blancas, sin ventanales, y cuatro camas también forradas de blanco, tres de ellas tomadas, por lo que supuso que la vacía le pertenecía a él.
—Esta es tu habitación, el desayuno es a las 8:00 A.M después de los análisis— el guardia de seguridad le comunicó sin ánimos para luego cerrar la puerta dejándolo dentro.
Jake se sentía confundido, pero sobre todo humillado ¿Qué clase de cárcel era esta? ¡No había hecho nada malo!
Vio como solo uno de los chicos prestaba atención a su persona, un chico considerablemente alto, cabello rubio que le sonreía de manera cálida.
—No te preocupes limoncito, no mordemos — el alfa rubio se levantó y se acercó a él, le tendió la mano, Jake aceptó el apretón con tranquilidad, por fin algo reconfortante en ese lugar que parecía manicomio.
—Sim Jaeyoon, un placer, supongo — inquirió confuso ya que no estaba seguro de como funcionaban las cosas en aquel lugar —Pero puedes llamarme Jake— dijo por fin sacando una de sus encantadoras sonrisas por primera vez desde que había llegado a aquel lugar.
—Park Jong-seong, pero todos me dicen Jay, más fácil— Jay le dedica una media sonrisa, haciendo que el pelo marrón ya no se sienta, aunque no quiera admitirlo, asustado de encontrarse allí. —El de pelo rosa Lady Gaga devorando una sandía al lado de tu cama es Minhyung, aunque casi nadie sabe que ese es su nombre, solo llamarlo Mark— y el señalado sólo se limita a hacer una señal de amor y paz hacia el recién llegado para poder continuar comiendo. Jake solo le sonríe dulcemente. —El gigante de cabello blanco y labios geniales que duerme como un bebé es Riki, aunque puedes decirle Ni-ki —
Jay concluye con las presentaciones esperando haber sido de ayuda y lo suficientemente amable, la primera vez que llegó al lugar también se sintió como la mierda y una decepción de número.
—¿Te molesta decirme por qué estás aquí?— Jake acaba de comprobar que Jay hablaba un poquito mucho, ni siquiera le dio tiempo para abrir sus labios —Yo no pude marcar a una omega cuando se me pidió, Mark fue mandado a propósito por su doctor ya que según él le faltaban modales, y todavía no sabemos nada de Ni-Ki— Jay habló explicando lo más cuidadosamente posible, Jake ahora más confundido que antes. —¿Qué hay de ti Jakey? No pareces un chico que da problemas. — Jay se veía confundido, pero nada comprado de cómo Jake lo estaba.
—Estoy casi seguro de esto es un error, ni siquiera sé dónde estoy. ¿Acaso es un tipo e cárcel o escuela? — Pregunta inocentemente, mientras Jay se muestra sorprendido para luego poner cara de incrédulo.
—Tienes que estar jodiendo... — Jay se voltea mientras tiene la cara impregnada con adoración. —Mark tenemos un cachorro— ríe al ver que el peli rosado suelta la sandía para tomar a Jake por el brazo y sentarlo en lo que sería la nueva cama del de sonrisa bonita.
