⩩05.

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Cabina telefónica. 

Un clásico que se popularizó en los años 90's y que hasta el día de hoy, Inglaterra es uno de los países que más los usan.  

Hace dos días que la pareja había llegado a Londres y apenas habían podido descansar un rato, Acostumbrándose al ligero cambio de horario y nada más salir a las calles, Seokjin pidiéndole a Jungkook varias fotografías en los icónicos teléfonos color rojo. 

—¡Ahora así! —gritó, acomodándose justo enfrente de la cabina. Hacía poses por aquí y por allá. Con el mayor tomando cada ángulo de modo que saliera lo más perfecta posible. 

Para ése día, el rubio se volvió a vestir especialmente con sus vaqueros ahora de color negro y su camisa de cuadros rosa. 

¿Jeongguk? Bueno, él iba vestido con una chaqueta de cuero y pantalones rotos. A veces le gustaba variar en su estilo.  

Las personas a su alrededor los veían con ternura, pues el pequeño rubio no dejaba de pedir foto tras foto. En cada una haciendo poses diferentes, inclusive se atrevió a hacer caritas tiernas. Provocando qué el corazón del pelinegro se sintiera cálido, amaba cuando su novio hacía aegyo.   

—Ahora es tu turno Jeonggukie. —habló con ternura, quitando la cámara de su novio y colocándose en su lugar. 

Algunas poses qué hacía el pelinegro eran graciosas. O bueno, por lo menos para Jin lo eran. Ya que abría un poco su chaqueta y se recargaba sobre la cabina, en un intento de parecer sexy, pero para Seokjin, su lindo conejito no podía verse más adorable. 

—No te rías. —pidió algo avergonzado el mayor, al ver la gran sonrisa en el rostro de su pareja. 

—No me estoy riendo. —se defendió el rubio, pero sin dejar de levantar las comisuras de sus labios. —Te ves muy lindo, amor. 

—Me veo sexy, ¿no? —preguntó curioso.

Jin asintió. 

—Que guapo y sexy novio tengo. —halagó, a la vez que inclinaba su cuerpo, tratando de buscar un mejor ángulo. —El CEO más apuesto de todas las agencias.   

—Por supuesto que sí. —Jungkook asintió orgulloso. —Con el novio más hermoso en el mundo.  

Ahora fue el turno de Seokjin de avergonzarse, era una suerte que estuvieran hablando en coreano, así nadie les entendía las cursilerías que se estaban diciendo.  

—¿Iremos a las máquinas cierto? —preguntó el rubio. 

—Claro, ¿quieres ir ya? —Seokjin asintió emocionado. 

—Está bien amor, vamos.   
  

[🌻]
  
 

—¡Dale maldita cosa! —gritó mientras movía su palanca con brusquedad. —¡No! ¡Muévete!   

Se encontraban en unas máquinas de arcade en un barrio muy popular de Londres. Esas máquinas de antaño que tenías que meterle una moneda y el juego comenzaba.  

El que jugaba Seokjin era de un niño que iba atrapando frutas que caían del cielo, pero el rubio era tan malo (aunque él decía que era el juego) que no podía atrapar casi ninguna. 

Derrota tras derrota. Ya llevaba gastados más de cinco libras y aún no podía pasar el primer nivel. 

—¿Sabes? —Jungkook estaba algo cansado de ver a su novio perder una y otra vez. —Iré a una máquina de carreras. —avisó finalmente. 

90's Love || GgukJin ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora