Se descontrolaba tu pulso
y un baile me pedias,
y lo intentamos,
con la noche detrás.
La luna nos contemplaba
y las estrellas observaron,
junto a la noche oscura,
nuestro tímido beso.
Miles de mariposas
surgieron de mi estómago
por tu culpa,
por culpa de tu amor.
Cada vez que te veo,
resurgen esas viejas "amigas"
en un irrefrenable deseo
de tus labios y tus caricias.
Pero todo acabó,
me dejaste destrozada,
el corazón a pedazos,
y mi alma sin rumbo vagaba,
esperando al tiempo
que, dicen, todo lo cura.