Capítulo 2


Irina.

Los ojos me pesan y siento que la cabeza me va a explotar, el sonido molesto de una maquina me taladra los oídos y aun con los ojos cerrados siento que todo me da vueltas, escucho voces al fondo, pero poco me importa lo que dicen, solo quiero cerrara los ojos de nuevo y que los recuerdos no me coman viva.

Aun con los ojos cerrados muevo mi mano para tocar mi cabeza que palpita cada vez más, no sé si es porque muevo mi mano demasiado rápido o qué, pero un agudo dolor en mi muñeca hace que abra los ojos, la luz de la habitación me ciega por un momento y trato de mirar horrorizada a quien sea que me está tomando del brazo.

—Tranquila cielo, soy papá. —La tranquilidad con la que pronuncia las palabras no calma nada en mí, al contrario, me altera más. —Mónica por favor, llama al doctor.

Escucho como una puerta es abierta y posteriormente cerrada, el choque de la puerta hace que la cien me palpite, a parto la vista de mi padre y la enfoco en la máquina que está a mi derecha, es un monitor cardiaco donde puedo ver como mi ritmo cardiaco está en aumento, a pesar de que estoy realmente ansiosa y que aún me siento mareada, el cuerpo pesado y que mis extremidades a penas si las siento, trato de levantarme porque no hay nada que odie más que estar en un hospital.

—Cariño, tranquila, trata de no moverte mucho, te puedes lastimar. —Una vez más trato de levantarme, pero el pesor de mi cuerpo no me lo permite. —El sedante que te pusieron aún tiene efecto, trata de tranquilizarte.

Me dejo caer en la cama y cierro los ojos, los sucesos de anoche me atropellan y un escalofrió me recorre el cuerpo, no por el hecho de lo que paso con el chico, es más bien mi forma de racionar a ese suceso, el miedo que sentí era tan real, fue real. Una lagrima silenciosa resbala por mi mejilla y no me molesto en quitarla, todo esto me está rompiendo de adentro hacia fuera, tanto medicamento me matara...Si no es que lo haga yo.

Las puertas se abren y yo no me molesto en ver quien es, pero noto enseguida que es el doctor ya que empieza a realizarme preguntas y no me queda de otra que contestar, o eso intento por que mi garganta esta tan seca que duele. Él doctor me da un vaso con agua y con ayuda de mi papá me incorporo en la camilla, siento realmente alivio cuando el agua baja por mi garganta.

—Cuanto... ¿Cuánto tiempo llevo dormida? —Mi voz suena tan ronca y áspera, me lastima un poco al hablar.

—Fuiste sedada hace un días y medio. Te trajeron al hospital desmayada lo que no era gran cosa...Pero dada en las circunstancias en las que te encontraron tuvieron que traerte para un análisis. —Estaba desmayada y semi desnuda, que me encontraran con un chico en esas condiciones no se veía nada bien. — Cuando llegaste aquí y despertaste entraste en Shock, tuvimos que sedarte.

"No recuerdo haber llegado aquí, a decir verdad."

La puerta es nuevamente abierta y Mónica entra junto a... Junto a un oficial de policía, la habitación se queda en completo silencio y yo siento que me hago pequeñita en mi lugar, odio esto, lo odio tanto, nunca más creí que me encontraría en una situación así de nuevo.

—Señor Vilkova, me gustaría hacerle unas preguntas a su hija, ¿cuento con su autorización?

—Si mi hija así lo quiere, por mí no hay problema. —La mirada de papá recae sobre mí, yo miro mis manos, no quiero hablar de lo que paso, no quiero remover aún más mis heridas.

DurakDonde viven las historias. Descúbrelo ahora