A veces, soñaba con él.
Se vería radiante, juvenil. Ningún indicio de la enfermedad que le quitó la vida. Le sonreiría y sus ojos marrones brillarían de alegría. Incluso se reiría y el sonido sería estruendoso, nada parecido al tipo débil e inaudib...
Guía soltó una risa suave, "No tengo idea. Todavía no lo he montado".
Donghyuck se volvió hacia él con el ceño fruncido, "¿Por qué no?"
Él sonrió, "La gente elige no viajar en tren por una variedad de razones". Había un significado detrás de esas palabras y Donghyuck de repente se inclinó a preguntar por qué, "Está bien... ¿cuál es el tuyo?"
Guía lo miró parpadeando. Parecía que estaba luchando por dentro, tratando de decidir si debería derramarlo o no. Donghyuck lo miró intensamente hasta que suspiró derrotado, "Estoy esperando a alguien".
¡Ah!" ¿OMS?"
Le dio una sonrisa juguetona, "Alguien a quien amo". La mirada que hizo Donghyuck debió mostrar lo incrédulo que pensó que sonaba porque Guía puso los ojos en blanco, "Grosero, Hyuck."
Abrió la boca para decir algo, pero desapareció al escuchar ese apodo. El chico parecía sorprendido como si hubiera cometido un terrible error que oculto desesperadamente al continuar: "Hice una promesa. Llevo esperando más de diez años".
Donghyuck todavía no podía deshacerse de la idea de cómo ese apodo sonaba familiar, pero hizo a un lado ese pensamiento y dijo: "Eso es bastante tiempo".
Se encogió de hombros, "Estoy bien esperando un poco más. Quería que viviera una vida más larga". Había vacilación y tristeza en su voz cuando se volvió hacia él. "¿Recuerdas algo más? ¿Sobre lo que te pasó?"
Donghyuck negó con la cabeza, "Cuanto más tiempo me quedo aquí, más confusos se vuelven mis pensamientos". No podía explicarlo muy bien, pero lo mejor en lo que podía pensar era en la vida: sus pensamientos, sus recuerdos, incluso el más pequeño de ellos, comenzaba a verse confusos. Como mirar a través de una vieja película que se está deteriorando lentamente.
Guía parecía un poco triste. Como si estuviera esperando que dijera lo contrario. Donghyuck quería saber de dónde venía la tristeza, así que se volvió hacia el hombre y le tocó el hombro.
"Hyuck, ¿qué estás...?", Espetó Guía justo cuando una chispa de energía parpadeaba entre ellos. La guía se apartó al instante. Pero era demasiado tarde, porque cuando Donghyuck lo miró, finalmente lo vio, realmente lo vio.
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"Eres demasiado lento, Huang."
"¡Cállate, Hyuck!"
Frunció el ceño ante el nombre y vio la sonrisa del chico unos pasos detrás de él antes de detenerse deliberadamente. Era un día caluroso de verano y sus vecinos lo llevaron en su viaje familiar a la playa.
Los Huang vivían en la misma cuadra, al otro lado de la calle. Su hijo menor, Huang Renjun, nació unos meses después que él y, desde entonces, los dos habían sido inseparables.
