El secreto profesional se debe respetar, no importa quién sea el paciente

Paciente

Natsuo al fin había conseguido sus pasantías en el hospital de sus sueños, se sentía muy orgulloso debido a que las ganó él solo sin necesidad de utilizar el apellido Todoroki.

Por eso su primer día fue a hablar con el director de dicho hospital.

—Vengo a laborar aquí, como se podrá haber dado cuenta por mis documentos de ingreso, mi apellido es Todoroki y sí soy hijo de Endeavor, pero quisiera que no se me relacione mucho con él.

La persona de edad avanzada se ajustó los lentes para observarlo mejor.

—Todoroki es un apellido muy común, pero si quieres evitar mostrarlo no hay ningún problema. Solo debes tener en mente que somos un hospital reconocido y que muchos héroes llegan a parar aquí después de sus grandes peleas donde se pueden debatir la vida y la muerte. Si tu padre llega a parar acá deberás tratarlo como un paciente más y pensar con la cabeza fría —fue lo que dijo mientras veía los documentos que Natsuo entregó.

—Entendido —respondió rápido y sin pensarlo mucho, tenía tiempo que no convivía con su padre no había problema en tratarlo como alguien ajeno a él.

El tiempo pasó y Natsuo estuvo desempeñando su papel de interno sin problema, no había duda que sería un gran doctor.

—Natsuo kun —lo llamó una enfermera, pues él estaba en su hora de descanso, comiendo—, llegó un pez gordo a la sala de urgencias y el doctor a cargo de operarlo solicitó tu asistencia.

—Entendido. —Rápido se colocó su bata y corrió a la sala de urgencias, debía ser rápido si lo llamaban a ese lugar—. Aquí estoy —se reportó con la enfermera en jefe de esa área.

—Natsuo kun, sala de operación tres, ahí te están esperando.

—Entendido —camino lo más rápido que pudo, intentando no estorbar a las personas que entraban y salían de ahí.

Al abrir la puerta se encontró con una escena que nunca en su tiempo en el hospital había visto ni en su mente se habría formulado tal aberración.

En la camilla un cuerpo grande, vestido con retazos de lo que parecía ser un traje azul con naranja, cubierto de heridas y sangre. Su mente le dio identidad a la persona que podría estar en tales condiciones, pero el miedo de que fuera quien él pensaba no se atrevía a acercarse.

—¡Natsuo kun! —fue sacado de su transe por el llamado.

—¡Si! —se acercó a la persona que lo había llamado, era la segunda persona a cargo del hospital, al hacerlo pudo apreciar esa característica cabellera roja y con eso se enteró que sus pensamientos eran ciertos.

—Tienes quirk de hielo, ¿no?

—Así es.

—Necesito que lo ayudes a bajar su temperatura, su quirk es de fuego por lo que suele sobrecalentarse en sus peleas. Es por eso que quiero que lo enfríes y después procederemos a tratarlo quirúrgicamente, para retirarle los proyectiles de su cuerpo.

—Bueno...

Seguía en shock, se acercó a su progenitor y lo tocó para activar su quirk, este tan solo era una escarcha helada, no podría crear grandes cantidades de hielo como su hermano menor debido a que ni él ni su padre se interesaron en entrenarlo.

—Vaya, parece que este quirk que viste defectuoso te está ayudando. Aunque ahora entiendo porque buscabas un hijo con las características de Shouto. —pensaba Natsuo en lo que ayudaba a disminuir su temperatura. Si que le costó trabajo, pues tan solo tocarlo sintió un gran choque térmico.

—Gracias Nat... Doctor —dijo el héroe mientras tocaba el hombro de su hijo.

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El tratamiento del actual héroe número uno había acabado, Natsuo soltó un sonoro suspiro mientras se sentaba en una silla fuera de la sala de operaciones para descansar, su padre estaba estable y fue llevado a una habitación.