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¡Hola! ¡Bienvenida otra vez! ¿Estás lista para seguir con la historia? ¡Muy bien! Permíteme contar los votos del capítulo anterior...
¡Listo! La respuesta más votada por el público en«Decisión 0: ¿Cómo te gustaría acercarte a Jay por primera vez?» fué: PRESENTARTE TÚ SOLA.
¡Que valiente! Esperemos dé buenos resultados, ¡suerte!
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Suspiraste frustrada mientras te pasabas las manos por el cabello en actitud desesperada. Malditas clases de matemáticas que lo único que lograban hacer era estresarte cada vez más. Suplicabas desde lo más fondo de tu escasa paciencia que alguien te explicará de que rayos te iba a servir saber sacar la raíz cúbica de doscientos catorce, no le veías sentido ni lógica.
Apretaste el borrador molesta al mismo tiempo que lo deslizabas por tu hoja en un intento de limpiar los manchones de grafito.
-No lo hagas tan brusco, la vas a romper -te regaño tu mejor amigo, quién se encontraba sentado a tu lado en el otro pupitre.
-Es que ya me harte -respondiste mirando tu libreta.
-Solo leé tus apuntes, y ya -contestó HeeSeung de regresó, ignorando tu aura de enojo.
Rodaste los ojos obedeciendo, pero entonces y para tu suerte el timbre sonó, indicando que la clase había finalizado para darle inicio al almuerzo.
Con una gran sonrisa te pusiste de pie y echaste todo a tu mochila sin prestar mucha atención, para posteriormente mirar al chico frente a tí con aires de victoria.
-Anda, vámonos ya -dijo al mismo tiempo que negaba con una sonrisa y pasaba un brazo sobre tus hombros para empezar a caminar fuera del salón.
Aún no podías creer lo mucho que HeeSeung había crecido en las vacaciones, antes apenas te llevaba un par de centímetros, pero ahora fácilmente podía recargarse en tí si quería. Quizás eso era lo adorable de tí, o al menos así decía él.
Hablando sobre temas triviales llegaron al comedor y buscaron a su grupito de amigos. Ellos siempre se sentaban en la misma mesa, aunque en realidad todos lo hacían. En el instituto cada grupo social tenía su propio lugar, por así decirlo. El de ustedes era la mesa del fondo que estaba cerca de las ventanas, dándoles una vista directo del patio trasero de la escuela. Se acercaron a ellos tranquilamente y tomando asiento en las sillas vacías se unieron a la plática.