En Escarla holograma las últimas noticias el magnate Cygnus Amilania donó un porcentaje de sus ingresos anuales para reconstruir un orfanato que se derrumbó en el norte por causa de la erupción del Hindo la semana pasada.
7:00 a.m.
El crepitar de la chimenea, la alarma de su mixe modelo 2.021 y el aroma del café molido fue lo que despertó a Eridanus, quien salió de la cama con los ojos semicerrados y ahogando un bostezo.
Camino hasta el cuarto de baño mientras intentaba recordar el lugar al que debía ir al terminar las clases, pero por más que lo intentó no lo consiguió y resignado a su suerte entro a la ducha.
7:10 a.m.
Sadalsuud guardo sus libros en su mochila y termino su tostada con miel, estaba esperando en el comedor a que su hermano lo llamara, miro su mixe y suspiro, no podía llegar tarde otra vez o lo castigarían todo el mes.
7:25 a.m.
La voz de su institutriz sobreponiéndose a las noticias holográficas fueron lo que despertaron a Rasalhague, quien de nuevo se había quedado dormido en una de las sillas junto a la piscina.
Su reflejo rascándose la espalda fue lo que vio al cruzar por las puertas de cristal, que separaban el patio exterior de la sala privada que conectaba con la cocina y el comedor grande por un corredor lleno de orquídeas, más al estar solo se acomodó frente al reproductor de hologramas en el sofá de su madre.
7:30 a.m.
Los océanos deben ser educados, gentiles y cariñosos.
El balcón estaba abierto porque la señora Cara estaba regando las flores así que Eridanus podía escabullirse de su lección matutina y ver el hermoso amanecer de la ciudad sin temer que su instructor se percatara que lo ignoraba.
Sin embargo, el jamás haría eso, su madre se había esforzado por conseguir que ese respetado erudito de Ciades lo educara y aunque se muriera de aburrimiento cumpliría con el plan de estudios.
8:00 a.m.
Rasalhague sonrió al ver al hermoso Eridanus acompañado de su institutriz, ambos estaban junto a la enorme puerta de cristal del edificio, seguramente esperando al chofer de la señora Corla Malva pero el cómo el caballero que era no dejaría que ese precioso océano se quedara esperando con esa lluvia de primavera.
—dulce Eridanus puedo llevarte al colegio si deseas— sugirió con encanto, su sonrisa de comercial esta vez era sincera y más brillante que nunca.
—Gracias Rasalhague— respondió el muchacho acercándose al auto, luego se volvió hacia su institutriz— nos vemos en la tarde nana—.
La zona residencial quedo atrás y la conversación de la pareja verso sobre las próximas elecciones estudiantiles, las clases de esa mañana y el proyecto que los esperaría al finalizar el año escolar.
9:30 a.m.
El jardín de orquídeas negras y Galandrias blancas era su lugar favorito de toda la academia pues le daba una sensación de paz que a veces le era tan necesaria, en especial cuando veía a los otros saltar sobre Balor como si fuera un diamante de goma.
Al llegar a la academia sucedió lo de todos los días Rasalhague fue reclamado por sus admiradoras y el que estaba poco acostumbrado a las multitudes se había alejado, buscando la tranquilidad que le regalaba estar entre las flores.
Prefería la soledad y el silencio en especial en ese día tan afortunado, los profesores tenían reunión de emergencia en la sala de maestros hasta el mediodía, lo que significaba que podría entrar a la biblioteca y estudiar hasta el almuerzo.
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El Atardecer del Dragón
FantasyUn estudiante de Letras Clásicas de Escarla que con sus teorías puede reescribir la historia y quizás desestabilizar a la nación. Al tiempo que un misterioso potentado aparece y cosas extrañas comienzan a ocurrir. Magia, mpreg