Filofobia ~Yoonmin~

Capítulo 11

—A-ah!! Ya! YA, POR FAVOR!

Jimin se encontraba rogando en su cama para que el mayor parara de abusar de él como se estaba haciendo costumbre.

Ya perdió la cuenta de cuántas veces al día pudo llegar a abusar de su persona, solo recuerda que el dolor es tanto que aveces llega a desmayarse.

Su cuerpo ni siquiera reaccionaba a los toques que le daba, no lograba pensar en otra cosa que no sea asco y el dolor que sentía.

Su garganta y sus ojos ardían por el llanto y los gritos que soltaba desde hace ya 4 horas.

Su parte baja dolía a horrores y las sábanas ya estaban manchadas de sangre.

Pero ni eso lograba detener al peli negro quien era el único que disfrutaba todo eso.

Ya habían pasado 4 meses desde la primera vez que lo violo, Jimin intentó acabar con su vida en muchas ocaciones pero nunca lo lograba.

Pasó un rato más hasta que Taemin paró con sus movimientos, salió del pequeño y se acostó a su lado tratando de regular su respiración.

Jimin sentía que se desmayaria otra vez, estaba débil, su cuerpo dolía a horrores y sentía su espalda baja entumida.

Siguió llorando más que todo por el dolor que sentía en su pecho de todo lo que estaba pasando.

—Ya deja de llorar.

Jimin intentaba calmar su llanto para no hacerlo enojar, quiso intentar parace para ir al baño, pero sólo pudo soltar un quejido fuerte por el puntante dolor en su parte baja.

—N-no puedo... No puedo m-moverme — dijo con la voz casi inaudible.

—¿A dónde quieres ir?

—Quiero... B-bañarme.

Taemin suspiro y se levantó de la cama para ponerse su bóxer y luego dirigirse al lado del menor quien cerró sus ojos al pensar que se había molestado y quería golpearlo.

—A-ah! — gritó cuando Taemin intentó cargarlo —Auch, auch no, no espera duele! — volvió a llorar en los brazos del mayor cuando este pudo cargarlo.

Mantenía los ojos cerrados porque no quería ver al peli negro y menos de tan cerca.

Taemin abrió la regadera para poder llenar la tina, mientras esperaban se formó un silencio muy incómodo, la tensión y el miedo asfixiaban al menor que no paraba de temblar por sentir las grandes manos sobre su cuerpo.

—Y-Ya puedes dejarme.

—No podrás mantenerte en pie.

—Me puedo a-apoyar en algo.

—No Jimin, puedes caerte.

—.... ¿Y eso por qué te importa?

Se arrepintió de haber soltado eso, solo no puedo resistirlo y lo dijo sin pensar si eso traería consecuencias.

—Porque si.

—Eso no es una respuesta.

—Porque me importas.

Jimin soltó una pequeña risa de aire y sintió que empezaba a enojarse por su estúpida justificación.

—Eres demasiado cínico.

Quiso bajarse de los brazos sacando fuerza de no sabe dónde.

—Dejame.

—No Jimin, te vas a caer, puedes lastimarte.