50 razones para ser lesbiana

1. Ya no importa que hay adentro

Por: ReginaAnimaTua

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Las historias como estas suelen empezar en la mañana, cuando el sol esta irradiando sus primeros rayos de la mañana, en alguna cuidad exótica como Nueva York o Los Ángeles llena de gente hermosa con la vida hecha. Por desgracia, son las dos de la tarde, estoy en el nuncapasanada-México D.F. Y no, no soy hermosa. Tengo ojos interesantes, eso si, pero nadie nota eso cuando tu talla de bra es C-22. No soy una súper modelo, ni fui ganadora de un premio de belleza, esas son otras. Esta soy yo, Francisca -nombre de chico ¿no?... Hm, agradezcan que no fui hombre y me pusieron Margarito- todos los mortales que me rodean me conocen como Fran; la come libros. Y se lo que piensan. Tampoco soy una estudiosa que se la pasa todo el día el la biblioteca tratando de adelantar la tarea de la próxima semana o limpiándoles el culo a los profesores para que me suban a diez, no, soy una chica normal que nunca despega la mirada de su libro de Mujercitas o de la Biografía de su héroe mundial favorito como Einstein o... no se, ¿Leonardo DiCaprio?

-¡Francisca!- me llamo la maestra de Matemáticas. Todo el mundo le tenía miedo durante su clase pero a sus espaldas todo el mundo la conocía como Mami Támara, y la única razón el porque esta bien pinche sexy, esa pancita guanga es para arrimarle todo ( sarcasmo modo: ON).- ¿que estas haciendo?-

-Leo- digo simple y sin que las miradas de todos me afectaran. No suelo contestarle mal a los profesores pero nunca digo mentiras. Un gran punto en contra cuando me encuentro en situaciones como estas.

-Tienes un punto menos- hice cara de asombro y abrí la boca para protestar- dos puntos menos-

-Pero...-

-Tres puntos menos... ¿o prefieres una llamada de atención?-

-Pero si yo no estoy haciendo...-

-Adiós, vete por tu aviso- mis manos empezaron a sudar y mis ojos se ponían pesados llenado mi estomago de una sensación de querer llorar... ¡¿que le voy a decir a mi mamá?!

Me pare con furia y tire de la silla para poder meterla dentro de la mesa e ir por mi aviso.

-Vieja patosa- susurre con los dientes apretados aguantando mis ganas de llorar y de gritarle que era muy injusto de su parte tratarme así solo porque no estoy prestando atención. Soy yo la que va a reprobar, a ella no le quitaran su sueldo ni mucho menos.

Tome el pequeño pedazo de metal para abrir la puerta y salir del salón.

Me moví por los largos pasillos hacia la dirección. Al pararme enfrente de la puerta de madera toque levemente con los nudillos hasta que escuchara el deseado:

-Adelante- cambie mi cara de enojada y triste a la otra de triste y apunto de hacer un berrinche. El director y el subdirector me amaban, solo necesitaba pedirles que hablaran con Tamara y listo.

Pero eso fue un GRAN error aparecer en ese preciso momento, en ese preciso lugar, con la cara roja, el ceño fruncido y lagrimas de cocodrilo corriendo por mis ojos haciéndolos más saltones, no pudo ser más vergonzoso.

-Que no se vuelva a repetir Tomas, esta es tu ultima advertencia, la síguete tendremos que llamar a tus padres...- todas mis actividades motrices se detuvieron al instante al verlo después de semanas de desaparecido. ¿donde había estado estos últimos meses? ¿Debajo de las lonjas de Tamara?

-Eh- balbuceé con la mirada perdida en su suave y lacio cabello negro, con esa mirada chocolate que me encantaba.

Ambos me miraron en cuanto mi boca se abrió. Yo estaba congelada viendo como su mirada me devoraba desde mis pies hasta mis... ¿bubis?

-¿Fran?- preguntó el subdirector mirándome cansado- ¿Tamara te envió por un aviso cierto?- solo asentí con la mirada ceñuda ¿me esta viendo las bubis? ¡Es hijo de su madre me esta viendo las bubis!- puedes irte Tomás. No quiero verte en un mes ¿entendido?- el chico asintió y camino alado mío rozando mi hombro para que "disimuladamente" viera a mis chicas más de cerca.

Pervertido.

-Tus ojos son muy lindos Fran- susurro detrás de mi haciéndome sentir la inmensa necesidad de taparme el pecho con ambos brazos.

Bendito el día que se me ocurrió traer una playera ajustada... Pero eso no fue todo. Desde aquí, nuestra aventura comienza... de nuevo

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Holi, este es mi primer capítulo de mi primera novela. Ojalá les guste mucho.

Ya se que es un capítulo algo corto, pero tomen en cuenta que son ¡50! Así que no planeo escribir una bíblia.

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Atte: ReginaAnimaTua