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El día era normal?
Si se podría decir asi, todo parecía un sueño, un muy mal sueño.
-USA estás bien?-
Pregunto México tomando mi hombro
Las palabras no me salían sentía las lágrimas recorrer mis mejillas y el nudo en mi garganta. Cómo pude asentí aún impactado, deje caer mi celular al piso
-Oh!, ¿dime qué pasa?-
Insistió México, después de eso no supe reaccionar, no querría contarle lo pasado pero sentía que si no hacia explotaría
-Yo... Ella, eh? Falleció, murió-
Dije confundido, ni yo me entendía, pero al parecer México si lo había hecho
-La extrañas?
Negué con la cabeza, cubriendo mi rostro con mis manos espere a que hablara
-Nadie vino?-
negué algo decaído por eso
-Quieres llorar?-
Asinti entre lágrimas, no querría que me vieran así, cuando menos lo espere sentí el cuerpo de México caer sobre el mío en un abrazo
-Llora gringo, donde no vea tu rostro-
Escuche decir, sentí un alivio, deje de cubrir mi rostro y comenzé a abrazarlo con fuerza, me sentía avergonzado pero el dolor era más que la vergüenza
-Perdon-
Estaba avergonzado de mi mismo, me sentía decepcionado, me había jurado nunca hacer esto, pero hay estaba llorando junto a México. Sin embargo me daba un alivio que fuera el, sabía que el no se aprovecharía de mi debilidad momentánea
-No pasa nada USA, cuando quieras hay estoy-
El alivio que sentía fue mucho más reconfortante, el sentir un peso menos, nadie nunca me había dicho eso, siempre había sido el, Nueva España me lo dijo, pero nunca más me sentí con el derecho de hablar después de mi independencia
-Gracias-
Sentí su suspiro pesado y largo
-No tienes que agradecer-
Me dijo apretando el abrazo, comenzé a escuchar sollozos
-Que tienes tu?-
Le pregunté curioso, deje de abrazarlo tomándolo de sus hombros
-Me da un chingo de sentimiento verte llorar-
Con una risita limpio sus lágrimas y me sonrió, yo respondí con una sonrisa torpe
-Quieren que me valla o me quedo?-
Me pregunto apuntando a la puerta, yo lo mire, sentía su empatía a mi, nada de lástima y se sentía bien en cierto modo, no tenía explicación lo que sentía, no era amor o tristeza, era algo más. . .
-Gracias por venir al funeral, fuiste el único que viniste y fue un placer verte aquí-
Dije tomando sus manos en señal de agradecimiento
-Fue un placer estar en su funeral, y el verte igual-
Me contesto con una mirada melancólica
-A qué hora va a ser el entierro?-
Pregunto colocando 2 rosas rojas encima del ataúd
-Hoy a las 5 p.m-
Respondí con una lágrima en mi ojo
-Bien, hay nos vemos USA, cuídate por mientras-
Lo vi salir, se veía bien en su traje, y me sorprendió su visita, pero me alegro un poco en este amargo momento
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