1. Dulces.

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Nota: Inspirada en el anime Happy Sugar Life. Tsukasa tendrá 16 años y Amane 7 años.

Shipp: Tsukasa x Amane.

Alerta de pedófilia, si no les gusta pueden retirarse y si son bien curiosos y no les importa, pueden proseguir.

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La noche habia caído pesadamente y la lluvia golpeaba el paraguas de cierto joven azabache, estaba de camino a su tan anhelado apartamento, después de un día de colegio y su turno de medio tiempo en una cafetería, estaba exhausto.

Tenía una agenda apretada y sus días eran todos iguales, era levantarse, ir al colegio, ir al trabajo, llegar a casa hacer las tareas y dormir, y todo se volvía a repetir.

Estaba caminando por el mismo callejón que siempre cruzaba para llegar más rápido a su casa, era un atajo, el callejón era algo solitario y poco iluminado pero no le importaba, lo único que quería era llegar en cuanto antes a su hogar, a medida que se iba adentrando, escucho un ligero llanto, a cada paso que daba el llanto se hacía más fuerte, al acercarse lo suficiente vio la silueta de un niño pequeño de aproximadamente 7 años, el niño se encontraba sentado en el húmedo suelo mientras cubria su cara con ambas manos y sus lágrimas caían sin cesar, mezclándose con las gotas de lluvia.

El azabache no pudo evitar sentirse preocupado por el niño, así que se dispuso a intentar hablar con él.

Primero se acercó discretamente, manteniendo cierta distancia para que este no se asustase y luego lo cubrió con su paraguas, en ese momento no le importó mojarse.

Hey, niño, ¿dónde está tú mamá?, ¿estás perdido? ──le preguntó de forma suave, esperando a que este respondiese.──

El menor comenzó a retirar sus pequeñas manos de su cara para luego alzar su mirada hacía arriba, encontrándose al dueño de aquella voz.

Era un niño pequeño de cabellos suaves y cafés, de ojos grandes y amarillos como la miel y piel delicadamente blanca, al parecer vestía un uniforme escolar, el cual portaba un membrete con su nombre, aunque estos se encontraban ya mojados por la lluvia, a pesar de eso tenía un aspecto angelical, en especial aquella mirada.

Se fue.. ella d-dijo que.. ──el menor por fin se atrevió a hablar, sus lágrimas parecían no parar y su expresión permanecía triste.── ya no me n-necesitaba.

¿Y porqué no la sigues? ──cuestionó el azabache, sonando más frío de lo normal.──

Si la sigo, su frasco se va romper y y-yo.. no quiero eso! ──bajo su mirada nuevamente al piso, poniendo de puño sus manos contra el húmedo suelo.──

Su frasco.. esas palabras resonaron en la mente del azabache, ese frasco especial que todos tenemos que no podemos ver pero si sentir, ese frasco el cual llenas de dulces y caramelos de todos los sabores, unos dulces, otros amargos y unos venenosos.

Y, Tsukasa no era la excepción, a pesar de haber tenido algunas novias y conocer chicas, él se sentía vacío, su frasco se sentía vacío, nunca antes había sentido un sentimiento tan puro como el amor aunque él conocía de memoria los sentimientos amargos.

Él tuvo una infancia dura, desde muy pequeño el veía como este, monstruo llamado "padre", golpeaba diariamente a su progenitora hasta cansarse y en ocasiones, la dejaba muy herida, tirada en el sucio suelo de esa casa, su madre andaba siempre golpeada y con hematomas en su pálida piel, pero siempre se preguntaba, ¿porqué soportaba esto?, hasta que se dio cuenta que era porqué muy, a pesar de todo, lo amaba.

Pero ese amor lo enfermaba, por lo cual él desde muy temprana edad, se independizó y comenzó a trabajar, para alejarse de ese infierno el cual llamaba hogar.

Aunque últimamente sus días se habían vuelto diferentes y parecían tomar color, ahora tenía un motivo para llegar a casa lo más rápido que pueda, ya no sería el mismo cuento de "llegar y que nadie este allí", no, ahora alguien lo esperaría con una enorme sonrisa en la entrada diciendo..

¡Bienvenido, Tsukasa! ──dijo un sonriente niño peli-café con sus brazos abiertos, esperando un abrazo.──

¡Amane, Amane! ──El azabache se lanzó a abrazar al menor, tumbandolo contra el piso de madera del apartamento.──

Te extrañe mucho.. llegas tarde. ──hizo un puchero mientras unas lagrimitas salían de sus cristalinos ojos.──

Perdóname, Amane, lamentó haberte hecho esperar hasta muy tarde. ──sonrió para luego limpiar las pequeñas gotitas de agua salada de las mejillas del menor, esperando este le perdonase.──

Esta bien, igual.. ──el menor acerco sus labios a los del azabache para darle un corto pero tierno beso y luego sonreirle con inocencia.── te amo, Tsukasa.~

El peli-negro pudo sentir sus mejillas arder y sus ojos estaban abiertos como platos debido a la acción del menor, ah.. otra vez esa sensación, ese sentimiento tan dulce llamado amor, podía sentir como su frasco era llenado por dulces, aquellos dulces que Amane se encargaba de depositar en su ser y de pintar su vida de colores, Amane, la persona que más amaba en el mundo.

¡Te amo, Amane! ──dijo alegremente mientras daba varios besitos en la suave cara del menor.──

Se podía escuchar las inocentes risitas de Amane en la habitación mientras este se esforzaba en decir "haces cosquillas", es por eso que tiene que protegerlo y eliminar todo lo sucio e impuro del mundo para que no tocará a su ángel.

Sin importar qué o qué tenga para hacer, él no dudaría en hacer cualquier cosa para protegerlo, es más él lo haría un millón de veces si es necesario.

El azabache se levantó de encima del menor para luego ayudarlo a levantar del piso.

¡Iré a poner la cena! ──dijo el menor con una gran sonrisa para después irse corriendo a la cocina y poner la cena sobre la mesa.──

El azabache sólo asintió con una gentil sonrisa, para luego levantarse y asegurarse que el menor ya se había retirado, una vez hecho esto, camino a pasos lentos hacia una puerta la cual estaba llena de cerraduras, quedando de frente con esta, colocó una de sus manos sobre dicha puerta y la deslizó suavemente, sus ojos parecían haberse vuelto negros y sin vida mientras sonreía de una forma aterradora.

Gracias por el departamento, Mitsuba-kun~.. ──dijo casi en un susurro mientras reía ligeramente.──

Hasta que pudo escuchar a lo lejos un "¡esta listo!", para que el azabache volviera a su infantil y brillante personalidad.

¡Vooy! ──dijo alejándose de la dicha puerta para luego mirarla de reojo.── después me encargaré de tí.

Dentro de aquella habitación cerrada se encontraba un delgado chico peli-rosa, su cuerpo estaba atado a una silla de pies y manos, con cinta cubriendo su boca mientras lloraba desesperadamente, aunque su llanto sería callado muy pronto por cierto azabache.

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Hola!, ¿qué les pareció?, fue algo largito, andaba algo inspirado(?

¿Segunda parte?, ¿no?, ok xd

Hey, estaba pensando en subir un oneshot Hanakou, la curiosidad jsjs, puede que lo suba, ya tengo un borrador.

Pido perdón por las faltas de ortografía. ;;;

Ahora sí, webi wabo! owo

1095 palabras.

¡Historias TsuAmane!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora