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Daba igual cómo le explicase la situación, Dahyun no podía creerlo.

—¡Oh, no!

—Pero Dahyun, si no le…

—Lo tenía planeado desde el principio. Has caído en su trampa, Nayeon. Te tiene exactamente donde quiere.

—No lo entiendes. Yo estoy enamorada de ella. Nunca había estado enamorada y es maravilloso. Absolutamente…

—Pero seguro que ella no ha dicho que te quiere —la interrumpió su hermana— Quería seducirte desde el primer día, Nayeon. Quería acostarse contigo, como dijo mamá.

—Mina no es así, Dahyun. Te lo juro. Lo que compartimos es muy apasionado por ambas partes.

Silencio.

Nayeon suspiró.

—Por favor, Dahyun, no lo estropees.

—Espero que tengas cuidado, Nayeon. No debes quedarte embarazada por nada del mundo.

—No voy a quedarme embarazada, estoy tomando la píldora. No te preocupes.

—Pero es que me preocupo. No confío en Myoui Mina.

—Ahora mismo soy muy feliz, Dahyun, y me ha pedido que me quede en su casa de Tokio mientras estoy compitiendo en el concurso. Eso significa que no quiere tenerme apartada de todos como sugirió mamá.

De nuevo, silencio.

—Dahyun, entiéndelo, por favor —le rogó Nayeon.

—Me da miedo que te haga daño —replicó su hermana.

—Si es así, mi hermana, la enfermera, vendrá a curarme —intentó bromear ella.

—Siempre puedes contar conmigo, ya lo sabes.

La ferviente afirmación era una nota positiva para terminar la llamada.

—Lo sé. Te quiero mucho, Dahyun. Para siempre.

Y Nayeon sabía que querría a Myoui Mina para siempre también. El verdadero amor no era algo que apareciese y desapareciese de manera frívola. Mina podría no quererla, pero tenían una conexión que iba más allá del sexo. Eso tenía que significar algo.

¿Pero sería una buena o una mala conexión por su parte? ¿Obtendría Mina una oscura satisfacción por acostarse con ella, la hija de sir Akira?

No podía dejar de pensar en lo que Dahyun le había dicho. Mina había admitido que la deseaba desde que la conoció y había comprado tiempo para hacer que fuera suya, pensó luego. Posiblemente redecorar el dormitorio principal había sido una manera de seducirla. Ni siquiera había mirado los muebles nuevos…

«A ti te gusta, así que debe de estar bien. Eso es lo único que me importa».

Una maestra de la seducción que la había convertido en su amante; una amante agradecida que la atendía y estaba dispuesta a darle placer hasta que se hubiera cansado de ella.

Se le encogió el corazón al pensar eso. Se decía a sí misma que no había habido seducción, pero… la cena en en el centro comercial, una cena con rosas y champán.

Revenge-Minayeon(G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora