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Las cosas fueron escalando rápidamente, y aquello empeoraba la situación. Mis sentimientos jamás habían sido tan densos como en aquel momento.

Luego de una ardua semana de reuniones del proyecto, nos habíamos acercado laboral y académicamente, pero a la vez me sentía demasiado ajeno a él en lo personal. Hasta que finalmente se dirigió a mí con una intención diferente de mandarme a imprimir documentos.

"¿Estás bien?", indagó cuando había regresado a su oficina. "Te noté distraído."

Y no le bastó con preguntar, pues acarició mis cabellos por un instante. Fingí estar bien, pero Jeon podía leerme la mente. De alguna forma, acabé en su casa, recostado en el sofá con su cuerpo sobre el mío, sus labios recorriendo mi cuello y sus manos acariciándome como si fuera un tesoro, consciente de lo mucho que deseaba que tuviera la posesión de mi alma.

"¿Sentías que estoy muy distante contigo? ¿Por eso estabas así?", murmuró con una ternura perversa.

No contesté, simplemente continué dejándome llevar por su tacto.

"¿Crees que así pueda enmendarlo?"

"No lo sé.", murmuré haciendo lo posible por no mirarlo a los ojos.

"Voy a enmendarlo.", sentenció en voz baja.

Le seguí la corriente a pesar de que me sentía conflictuado. Dejé que manejara mi cuerpo a su antojo, y acabé sentado sobre su regazo, con mis muslos abrazando sus caderas que comenzaban un vaivén que me arrancó una serie de quejidos y gimoteos.

"Wonwoo...", entre jadeos, su nombre arrancó de mis labios como si fuera un mantra o mejor dicho, una especie de invocación.

Sin embargo, llegaba un punto en el que yo parecía estar en otro planeta, provocando que Wonwoo se sintiera solo cuando me ponía a actuar como si tuviera un piloto automático.

Como dije, Jeon podía leerme la mente y se detuvo, buscando mi rostro para que lo mirase.

"Dime qué te pasa."

"¿Qué sientes por mí?", pregunté pronto.

Tal como temía, Jeon me miró con desconcierto.

"¿Por qué me pregun-

"Te quiero.", me apresuré a decirle. "Te quiero mucho y no sé si qué hacer para arrancarme esta sensación del pecho..."

Wonwoo guardó silencio, como si procesara mis palabras, así que continué hablando.

"Perdón por decirte esto. No sabía cómo te lo tomarías, y está bien si tú no te sientes de la misma forma.", dejé salir un suspiro, porque realmente era difícil verbalizar lo que sentía, igual que lo que quería, tal como Wonwoo me lo señaló en la oficina.

"¿El cómo estamos ahora no te dice cómo me siento?", indagó mirándome a los ojos, con sus manos aún sujetando mi cintura. "Eres maravilloso, Junhui, alguien como tú podría cautivar a cualquiera."

"¿Y a ti?"

"Claro que sí", contestó con una sonrisa ciertamente melancólica, mientras acariciaba mi mejilla con el dorso de su mano.

"¿Lo suficiente como para tener planes conmigo, o sólo somos compatibles en esto? Encerrados, escondidos. Sin que nadie nos vea..."

"Junhui, tienes que entender que no es tan sencillo."

Recuerdo que esa fue su última frase antes de sentir mi estómago arder de frustración. Me había levantado de inmediato, recogí mis zapatos, y me fui, a pesar de que Jeon intentó persuadirme, apenado y arrepentido, mientras trataba de retenerme, tomando mi brazo en el umbral de la puerta.

ɴᴇᴛᴡᴏʀᴋ ᴄʀᴜꜱʜ - ᴡᴏɴʜᴜɪ ᴛꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora